¿Qué Nos Pasó En El Edén?- Psicología De La CaídaMuestra

UNA ATENCIÓN DESIGUAL

Al declarar Dios anticipadamente en aquella conversación, no solo su maldición, sino con ella las consecuencias de su desobediencia, les está adelantando lo que pasará en el futuro y a lo largo de las siguientes generaciones, hasta que lleguen cielos y tierra nuevos. Esa advertencia, por tanto, es de plena actualidad y vigencia para nosotros, porque nos encontramos precisamente en esa franja de la Historia del ser humano.

Cuando aquella primera mujer y aquel primer hombre reciben la sentencia divina, no pueden abarcar con su mente todo lo que vendrá, ni las dimensiones cósmicas de lo sucedido hasta entonces en aquel aparentemente simple movimiento de tomar del fruto prohibido.

Las maldiciones, en especial las que recaen sobre la mujer, han recibido una atención desigual. Como decíamos, se han cargado tintas sobre porciones específicas de la de ella respecto a otras secciones, pero además y en comparación con las implicaciones del veredicto sobre él, las de la mujer han adquirido una dimensión de proporciones titánicas.

Las de la mujer sobresalen, entonces, en la porción del enseñoramiento especialmente y, añadido a esto, se ha desatendido por indiferencia la pesada carga que representa estar en el permanente punto de mira de Satanás, por el papel especial que la mujer representa en el desarrollo del plan de salvación. Esto, evidentemente, no es nada que nos saquemos de una chistera:

• Queda patente en el proto-evangelio planteado en Génesis 3:15,
• y sería una mujer, María, (hija también de Eva por ser esta madre de todos los vivientes), bienaventurada entre todas las mujeres, la que daría a luz de manera sobrenatural a Jesús el Mesías.
• Como expresa Apocalipsis 12, siendo que Satanás no ha podido devorar al hijo de la mujer que Juan ve, «que ha sido arrebatado al cielo para Dios y para su trono», toda su saña es cargada sobre aquella misma a la que persigue, aunque ella es protegida de manera sobrenatural y rescatada de ser arrastrada por el río que él envía contra ella.
• «Su descendencia, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo» (lo que me recuerda innegablemente a los que somos Suyos, Su iglesia) son también objeto del encono de Satanás y en el versículo 12 se dice sobre el ser humano «¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo».