¿Qué Nos Pasó En El Edén?- Psicología De La CaídaMuestra

MALDICIÓN CON ESPERANZA

• Dios profiere maldición sobre la serpiente y le deja claro qué sucederá a partir de entonces,
• hace lo propio también con la mujer y le vaticina cómo van a ser las cosas como consecuencia de lo sucedido,
• termina dirigiéndose al varón detallándole en qué van a consistir la maldición y consecuencias que le tocarán más de cerca,
• pero en medio de todo ello, hace el anticipo glorioso de que habrá quien redima, y que la enemistad entre la serpiente y la mujer, como la enemistad entre la simiente de ellas dos, será resuelta a favor de Dios y su Reino en Cristo Jesús.

La descendencia de la mujer, en la persona de Jesucristo, aplastará la cabeza de la serpiente, aunque eso sí, la saña de la esta última sobre la mujer se manifestará y será evidente en ese constante «herirla en el calcañar». Apocalipsis 12, sospecho, está vinculado a esta realidad directamente, porque no podemos negar las más que obvias referencias y vinculaciones entre este capítulo y Génesis 3.

No nos quepa duda de que, por el camino, el varón será utilizado muchas veces por el enemigo para generar sobre ella toda clase de dolor y sufrimiento. Es la forma más profunda que Satanás tiene de intentar atacar y «dañar» a Dios (ya que no puede tocarle a Él): masacrar a los que son Suyos, dañando especialmente la relación entre el hombre y la mujer, hechos a imagen y semejanza de Dios para reflejar el tipo de belleza relacional que encontramos en la propia Trinidad (iguales en lo que son iguales, y distintos en lo que son distintos).

El matrimonio, por otro lado, usado para ilustrar la relación de Cristo con su iglesia, está puesto en el punto de mira y será atacado sin compasión, como lo fue al inicio. La relación entre ellos ha cambiado y el enemigo se encargará de que sea lo más difícil posible cualquier clase de reparación. Evidentemente, tiene en la mano muchas de las herramientas que necesita para llevarlo a cabo, entre otras:

• nuestros deseos particulares de independencia y de poder, no importa el género,
• la facilidad con la que nos desmarcamos del que es uno con nosotros, yendo por libre,
• y la atención que le ponemos a cualquier otra voz que nos diga lo que nos encanta oír.

¿Ves cómo el asunto del Edén no es para nada un tema antiguo?