¿Qué Nos Pasó En El Edén?- Psicología De La CaídaMuestra

¿DIFERENCIAS POR ESENCIA O POR PRESENCIA?

Si llegas a un sitio y estás solo, quizá puedes tomarte la licencia de hacer lo que quieras. Si, por otro lado, estás allí para crear equipo y ayudar de manera idónea, como era el caso de la mujer al llegar al Edén, verdaderamente no te lo puedes permitir, y eso no es una cuestión de ser tanto como de estar. No es porque seas mujer y debas ser liderada. Es porque te saltas el propósito para el que se te llevó allí.

• Haber recibido un regalo (él), le compromete al cuidado natural del mismo, y quizá porque es algo tan obvio, no hay una declaración expresa de Dios al respecto, pero desde luego tampoco la veo en cuanto a liderarla, tal y como se entiende desde la posición tradicional.
• Si se llega, por otro lado, como regalo para alguien que ya estaba (y ese es el caso de la mujer), esto clama por cuidado y respeto hacia él, no haciendo como si no estuviera. De nuevo, pudiera ser que la manifestación expresa de una instrucción al respecto sobrara, porque se sobrentiende a poco que uno lo piense con cierto detenimiento.

De haber sido la mujer creada primero y haberse visto que no había ayuda idónea para ella, traer a Adán segundo la hubiera colocado en el mismo lugar de responsabilidad —no jerárquica, sino de cuidado–, hacia ese regalo recién recibido.

Adán, por su parte, no hubiera debido ir nunca por libre, sino entender cuál era su lugar por llegar segundo. No sería por una cuestión de sumisión, sino de sujeción y equipo respecto a quien ya estaba, (si hubiera sido ella), comprendiendo el papel que jugaba su propia aparición en la escena. Quizá de esta forma se entiende mejor el punto.

Existen dudas entre los estudiosos sobre si Adán estaba presente o no durante la conversación de la serpiente y la mujer, donde arranca el dilema que nos ha llevado hasta donde, como Humanidad, estamos hoy.

Al margen de todo esto, y después del análisis que hemos hecho sobre ser o estar, esencia o presencia, creo que tiene interés hacer otro pequeño ejercicio, pero de combinatoria esta vez. Para ello te propondré «cruzar»:

• si Adán estaba o no en aquella conversación serpiente-mujer
• con si había consigna de liderazgo de Adán sobre ella en términos de autoridad, o más bien un llamado a cuidarla como regalo.

¿Has pensado sus implicaciones?