¿Qué Nos Pasó En El Edén?- Psicología De La CaídaMuestra

LA CLAVE ESTÁ EN LA ESCENA

Recapitulemos…

Adán ya está allí antes de que la mujer llegue:

• la recibe como regalo de Dios
• después de haber vivido una experiencia suficiente de «antes» y «después», y reconoce la grandeza del regalo;
• debe cuidarlo como a alguien precioso y de valor, como a vaso más frágil por especial y sensible, el culmen de la creación no en sentido de superioridad, pero sí de la guinda con la que el Señor decidió terminar su obra creativa.
• Acaba de recibir a alguien con quien hacer equipo para siempre,
• y ya no tendría que estar solo en ningún sentido. Tenía a Dios primero, y a ella después.
• Podría cumplir el encargo conjunto del Señor en términos de multiplicarse, sojuzgar y gobernar lo creado, y lo haría en plenitud, no a medias como si ella no hubiera estado. Tendría el gozo de la compañía, pero mucho más que eso (porque Dios mismo ya acompañaba a Adán antes).
• El liderazgo había de producirse de cada cual hacia uno mismo y delante de Dios en primer lugar (somos responsables),
• pero también hacia los demás. Lo que tocaba, entonces, sería convertirse en guardianes el uno del otro, cuidarse, ser uno y funcionar como tales.
• En lo que uno hubiera sido especialmente dotado, lideraría al otro en amor, y el otro al uno de igual forma. No se trataría de género entonces, sino de liderazgo mutuo en cuanto a la provisión de dones, talentos, discernimiento y capacidades por parte de Dios, que reparte todo ello con liberalidad y sin que se haga en ninguna parte del texto bíblico mención a que ciertos de ellos sean asignados solo a uno u otro género.

Ella no llega, por su parte, a una «casa vacía»:

• Ya estaba Adán y, por supuesto, Dios.
• Sería aliada fuerte en una tarea que, de otra forma, no habría podido ser completada.
• Viene a resolver la situación de soledad y carencia de Adán, y le proyecta hacia posibilidades insospechadas, como a la inversa.
• Ahora pueden afrontar, como un solo ser el encargo divino.

Cuando alguien llega donde hay otro antes que uno, no se puede ir por libre, y ese fue parte del pecado de ella. Se desmarcó del equipo que debía formar con quien ya estaba allí, que era Adán. Hubo otros pecados involucrados, pero esta fue una parte fundamental, como veremos a continuación.

O comprendemos este escenario, o nos perdemos por el camino.