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Dejando Que Dios Limpie Mi Corazón De MamáMuestra

Dejando Que Dios Limpie Mi Corazón De Mamá

DÍA 28 DE 30

DÍA 28

APRENDIENDO A PONERME EN LA BRECHA

PASAJE DEL DÍA:

“Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé” (Ezequiel 22:30 RV60).

ENTENDAMOS:

Dios está buscando madres esforzadas, valerosas, que hagan vallado y se pongan en la brecha por sus hijos. Es a través de la oración e intercesión constante que se hace vallado sobre las vidas de nuestros hijos. Un vallado es una red de oraciones que los cubre completamente.

Ponerse en la brecha es un tiempo de estar ante la presencia de Dios y clamar con todo nuestro corazón por las vidas de nuestros hijos -especialmente por sus vidas espirituales- para que Dios extienda su misericordia y su juicio no llegue a ellos.

POR QUÉ ORAMOS:

Que Dios nos enseñe a hacer vallado y a ponernos en la brecha por la vida de nuestros hijos.

Para que tengamos un espíritu de intercesión delante de Dios por ellos.

Pidamos perdón a Dios por los pecados de nuestros hijos y que extienda su misericordia.

Para que Dios tenga gracia y no mire los pecados de ellos, sino nuestra fe.

Señor: Enséñame a hacer vallado y a ponerme en la brecha por mis hijos. Yo quiero ser la persona que Tú buscas para ponerse delante de ti, a favor de mis hijos. Enséñame lo que es vallado y estar en la brecha, mi Dios. Dame, Señor, un espíritu de intercesión delante de ti por ellos. Señor, yo te pido perdón por cada uno de sus pecados, por todas sus rebeliones, sus orgullos y sus soberbias. Te pido que los perdones, Señor, que tu amor no se canse de ellos y que sigas extendiendo tu misericordia. En el nombre de Jesús me pongo en la brecha por ellos y pido que tu favor continúe sobre sus vidas, que tu juicio no los destruya. Señor, no mires los pecados de ellos sino la fe de tu sierva. Amén.

Escrituras

Acerca de este Plan

Dejando Que Dios Limpie Mi Corazón De Mamá

Durante estos 30 días enfrentamos un gran desafío como madres: amar y aceptar a nuestros hijos tal como son, ayudarlos a desarrollar el potencial que Dios les dio y cumplir Sus propósitos. Sin embargo, muchas veces nuestro corazón nos traiciona; las oraciones parecen no llegar porque cargamos con pecado, falta de perdón, amargura y palabras duras. Dios nos invita a venir a Él, lavarnos y limpiarnos, quitar la iniquidad y permitir que sane nuestros depósitos emocionales para que nuestras oraciones sean escuchadas.

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Nos gustaría agradecer a Movimiento de Intimidad con Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.intimidad-con-dios.com