Dejando Que Dios Limpie Mi Corazón De MamáMuestra

DÍA 26
CAMBIANDO LA MALDICIÓN POR BENDICIÓN
PASAJE DEL DÍA:
“Y el SEÑOR habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos, y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: El SEÑOR te bendiga, y te guarde; el SEÑOR haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; el SEÑOR alce a ti su rostro, y ponga en ti paz. Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré” (Números 6:22-27 RV 2000).
ENTENDAMOS:
Dios nos ha diseñado para heredar bendición… El propósito de la maternidad es heredar bendición a nuestros hijos. Pero, en el trajín diario de la vida, depositamos en ellos palabras duras, juicios fuertes que rebajan su estima personal. Muchas veces se sienten menospreciados y cargados. Eso es lo que Dios quiere cambiar. Israel, el pueblo de Dios, tenía una buena costumbre: Los padres bendecían a sus hijos con la oración que está en Números 6:22-27. Empiece a decirla a sus hijos en voz alta, en actitud de bendición.
POR QUÉ ORAMOS:
Para que Dios cambie nuestros corazones.
Que desechemos la maldición que enviamos -a través del juicio fuerte y de las palabras hirientes- a nuestros hijos.
Por el hábito de bendecir verbalmente a nuestros hijos, que sea grabado en nuestros corazones.
Para que diariamente en nuestras oraciones bendigamos la vida de nuestros hijos.
Señor: Perdóname por no bendecir la vida de mis hijos y porque siempre los estoy cargando con palabras fuertes, exigencias difíciles de cumplir, profecías negativas acerca de su comportamiento. Perdóname y límpiame de ese pecado. Ahora, Señor, te pido que cambies mi corazón y lo llenes de bendición, que yo entienda -en lo más profundo de mi ser- que Tú me diseñaste para heredar bendición y, por lo tanto, me has capacitado para bendecir a mis hijos. Señor, dame un nuevo habito: Que desde hoy nazca en mi corazón la necesidad de bendecirlos verbalmente en cada oportunidad que tenga y que siempre -en mis oraciones diarias- los bendiga y los declare benditos en el nombre de Jesús. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan

Durante estos 30 días enfrentamos un gran desafío como madres: amar y aceptar a nuestros hijos tal como son, ayudarlos a desarrollar el potencial que Dios les dio y cumplir Sus propósitos. Sin embargo, muchas veces nuestro corazón nos traiciona; las oraciones parecen no llegar porque cargamos con pecado, falta de perdón, amargura y palabras duras. Dios nos invita a venir a Él, lavarnos y limpiarnos, quitar la iniquidad y permitir que sane nuestros depósitos emocionales para que nuestras oraciones sean escuchadas.
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Nos gustaría agradecer a Movimiento de Intimidad con Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.intimidad-con-dios.com
 
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