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Dejando Que Dios Limpie Mi Corazón De MamáMuestra

Dejando Que Dios Limpie Mi Corazón De Mamá

DÍA 20 DE 30

DÍA 20

DEJANDO DE QUEJARNOS

PASAJE DEL DÍA:

“Si acaso digo: Olvidaré mi queja, cambiaré de expresión, esbozaré una sonrisa” (Job 9:27 NVI).

ENTENDAMOS:

La queja es un pecado de murmuración contra Dios, de descontento con toda la provisión y las circunstancias que Él permite que pasemos para moldear nuestras vidas. Es el desahogo de la amargura que puede traer mucho aburrimiento a nuestras vidas. La queja hace cambiar la expresión del rostro y aprisiona el buen ánimo para convertirse en un lamento constante.

POR QUÉ ORAMOS:

Pedimos perdón a Dios por tanta queja y descontento en nuestras vidas, con los hijos y con las circunstancias que pasamos.

Clamamos al Señor para que erradique toda queja de nuestra vida.

Por determinación para dejar de quejarnos.

Limpieza en nuestra casa de todo ambiente de queja y descontento y para que los hijos sean limpiados de estas contaminaciones.

Dios Padre, Jesús amado, Espíritu Santo: Vengo delante de ustedes a pedirles perdón por toda la queja expresada. Reconozco que los he ofendido y que a través de la queja he murmurado en contra de toda la provisión de Dios para mi vida.

Les pido perdón…Y pido que -en tu gracia y misericordia- mi alma sea lavada y que todo lugar en que fue alojado este pecado sea limpio y santificado por la sangre de Jesús.

Te clamo, Dios, que erradiques este pecado de mi vida, de todo ambiente de mi casa, y de la vida de mis hijos, puesto que los he contaminado con esta actitud ante las circunstancias y la vida… Derrama, Señor, un agradecimiento profundo en mi corazón y que el mismo sea exteriorizado con palabras. Que la expresión de mi rostro pueda cambiar y que el buen ánimo y la sonrisa sean parte diaria de mi ser. Amén.

Escrituras

Acerca de este Plan

Dejando Que Dios Limpie Mi Corazón De Mamá

Durante estos 30 días enfrentamos un gran desafío como madres: amar y aceptar a nuestros hijos tal como son, ayudarlos a desarrollar el potencial que Dios les dio y cumplir Sus propósitos. Sin embargo, muchas veces nuestro corazón nos traiciona; las oraciones parecen no llegar porque cargamos con pecado, falta de perdón, amargura y palabras duras. Dios nos invita a venir a Él, lavarnos y limpiarnos, quitar la iniquidad y permitir que sane nuestros depósitos emocionales para que nuestras oraciones sean escuchadas.

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Nos gustaría agradecer a Movimiento de Intimidad con Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.intimidad-con-dios.com