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Dejando Que Dios Limpie Mi Corazón De MamáMuestra

Dejando Que Dios Limpie Mi Corazón De Mamá

DÍA 17 DE 30

DÍA 17

DEJANDO DE ECHAR LEÑA AL FUEGO

PASAJE DEL DÍA:

“La respuesta amable calma la ira, pero la agresiva provoca el enojo.” (Proverbios 15:1 NVI).

ENTENDAMOS:

Muchas batallas campales se desarrollan en nuestros hogares por una respuesta agresiva de nuestra parte. Debemos desarrollar la sabiduría que Dios nos da para hablar. ¿Y cómo lo hacemos? Ejercitándonos a responder amablemente, a pesar de que nos hablen mal. Eso disipará el enojo y cambiará nuestras relaciones. Seamos sabias, dejemos de responder provocadoramente. Aunque tengamos la razón, no echemos más leña al fuego.

POR QUÉ ORAMOS:

Por entendimiento, que Dios abra nuestra mente y podamos entender el principio de la respuesta amable.

Arrepintámonos por todas las veces que hemos respondido con agresividad y echamos más leña al fuego.

Para que Dios nos enseñe a controlar nuestras emociones y nuestras palabras.

Que Dios cambie el ambiente de pleito que vivimos en casa y convierta nuestro hogar en un campo de paz.

Padre: Reconozco que muchas de las batallas desarrolladas en mi hogar vienen por una respuesta agresiva de mi parte. En vez de convertirme en una persona que apaga fuegos, he sido la que ha echado más leña al incendio. Te pido perdón por esto. Reconozco mi pecado y también que no he ayudado a mis hijos en sus enojos.

Abre mi mente para que pueda entender el principio de la respuesta amable. Perdóname por no controlar mis emociones y no ejercitar la sabiduría que Tú me dado.

Ayúdame, Señor… Cambia la manera de responderles a mis hijos, cambia toda esa agresividad y que de mi boca puedan salir palabras de paz y bienestar para ellos. Renuncio, Señor, a toda respuesta agresiva, renuncio a seguir echando leña al fuego y declaro que Tú transformas el ambiente de mi casa y que sanas nuestra manera de hablarnos y relacionarnos.

Escrituras

Acerca de este Plan

Dejando Que Dios Limpie Mi Corazón De Mamá

Durante estos 30 días enfrentamos un gran desafío como madres: amar y aceptar a nuestros hijos tal como son, ayudarlos a desarrollar el potencial que Dios les dio y cumplir Sus propósitos. Sin embargo, muchas veces nuestro corazón nos traiciona; las oraciones parecen no llegar porque cargamos con pecado, falta de perdón, amargura y palabras duras. Dios nos invita a venir a Él, lavarnos y limpiarnos, quitar la iniquidad y permitir que sane nuestros depósitos emocionales para que nuestras oraciones sean escuchadas.

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Nos gustaría agradecer a Movimiento de Intimidad con Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.intimidad-con-dios.com