Devocional Octubre "Lámpara a Mis Pies"Muestra

“¿Quién como Jehová nuestro Dios, Que se sienta en las alturas, Que se humilla a mirar En el cielo y en la tierra?” (Salmo 113:5-6, RV1960).

¿Has considerado cuán grande es Dios? Es tan grande que luchamos con palabras para describir adecuadamente Su grandeza. Por ejemplo, Salomón dijo que es tan grande que “los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener” (1 Reyes 8:27 RV1960). Y, sin embargo, ese Dios tan grande se humilla para mirar lo que sucede en la tierra, como el hombre que se arrodilla en la tierra y casi pega su rostro en el suelo para observar con detalle un grupo de hormigas que se mueven en la tierra.

¿Por qué lo hace? Él no es más grande porque nosotros lo conozcamos o lo alabemos, no es más glorioso porque nosotros rindamos nuestras vidas en adoración. Si no existiera el universo, Dios seguiría siendo Dios. Él decidió fijarse en nosotros simplemente porque nos ama.

Y fue ese amor el que lo llevó no solamente a mirarnos, sino a hacerse hombre y habitar entre nosotros. El eterno y todopoderoso Dios vestido de mortalidad y debilidad, siendo un hombre humilde, que tomó el lugar de siervo en lugar de uno de autoridad y que se entregó a la muerte por nosotros.

Toma un tiempo el día de hoy para agradecer a Dios por fijarse en ti, por hacerse hombre por ti y por darte un lugar en Su casa como hijo. Ningún premio o privilegio a nivel humano siquiera logra acercarse a lo que Él hizo al humillarse por amor a ti.