Devocional Octubre "Lámpara a Mis Pies"Muestra

“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará" (1 Tesalonicenses 5:23-24, RV1960).

Tal vez ayer pensaste que Dios te había puesto una medida que nunca podrías alcanzar. ¿Cómo podrías vivir en santidad cuando batallas con la carne cada día? Quizás sentiste el mandamiento de ser santo como una carga demasiado pesada.

Y, es cierto. Sí es una carga demasiado pesada para que tú cargues, pero no debes cargarla tú. El mismo Dios que exige que andes en santidad es quien te santifica. Considera Su gran amor y sabiduría: aunque nos pide algo que no podemos hacer por nosotros mismos, se ofrece para hacerlo por nosotros.

Alcanzaremos la medida que debemos tener no porque en nosotros esté la habilidad o la fuerza, sino porque el Dios todopoderoso prometió hacerlo. Él es fiel y siempre cumple sus promesas. Esa es nuestra garantía.

Descansa en Su promesa y ten paz porque el que comenzó en ti la buena obra la perfeccionará (Filipenses 1:6 RVR1960).