Claves Para Sanar La Mente Y El CorazónMuestra

Hay otros como nosotros
Esopo fue un griego que hace 2600 años escribía fábulas. Una de ellas es la siguiente:
“Los hijos de un labrador vivían en discordia y desunión. Sus exhortaciones eran inútiles para hacerles mudar de sentimientos, por lo cual resolvió darles una lección con la experiencia.
Les llamó y les dijo que le llevaran un manojo de varas. Cumplida la orden, les dio las varas en haz y les dijo que las rompieran; mas a pesar de todos sus esfuerzos, no lo consiguieron. Entonces deshizo el haz y les dio las varas una a una; los hijos las rompieron fácilmente.
-¡Ahí tienen! -les dijo el padre-. Si también ustedes, hijos míos, permanecen unidos, serán invencibles ante sus enemigos; pero estando divididos serán vencidos uno a uno con facilidad”.
La moraleja es que en la unión con otras personas nos hacemos fuertes.
Siempre tener a alguien con quién compartir nos beneficia, no importa la situación que estemos viviendo. Hay un dicho popular que dice “la alegría compartida se duplica, mientras que la tristeza compartida se divide por dos”.
Jesús quiso que aquellos que creen en Él estén unidos y cerca. Esta comunidad en torno a nuestra fe se llama Iglesia y es fundamental para una vida fuerte y sana.
Se trata de un lugar donde nos animamos unos a otros para asumir los desafíos que vienen por delante y donde nos ayudamos a fortalecer nuestra vida cristiana.
Cuando estamos juntos, nos sentimos más fuertes.
Cuando pasa tiempo sin estar juntos, la intensidad de la pasión va disminuyendo, como cuando separamos una brasa del resto del fuego. Por eso la Biblia nos corrige y alienta así: “Algunos están faltando a las reuniones, y eso no está bien. Reunámonos para animarnos unos a otros” (Hebreos 10:25 PDT). ¡Aprovechemos este recurso para estimularnos al amor y las buenas obras!
También vemos en la Iglesia una relación cercana, de parentesco. La Biblia la llama “la familia de la fe” (Gálatas 6:10 NVI) y a cada integrante de esa familia lo llama “hermano”, todos hijos del Padre Dios.
Cada congregación se convierte en una gran familia donde nos preocupamos por el otro y nos ayudamos.
La Iglesia es una embajada del reino de los cielos en la tierra, y tiene como finalidad cumplir con una gran misión: comunicar el mensaje de vida que nos dejó el Señor Jesús.
Por eso, si queremos estar fuertes, si queremos estar cuidados y cuidar a los otros, si queremos cumplir con al misión que el Señor nos dejó, tenemos que reunirnos con la Iglesia. ¡No nos perdamos la bendición!
Nuestra oración por la Iglesia podría ser así:
Padre, gracias por la familia de la fe,
te pido que bendigas a cada hermano
y que nos ayudes a predicar la Buena Noticia a todos.
Acerca de este Plan

Nuestros pensamientos, sentimientos, deseos y decisiones son los que marcan el rumbo de nuestra vida: si son buenos, tendremos un buen rumbo; si están enfermos o defectuosos, así sera también nuestro vivir. Te propongo descubrir los consejos bíblicos que Dios nos deja para tener verdadera salud en nuestra mente y corazón. Apto para cualquier persona con necesidad espiritual.
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Nos gustaría agradecer a Pablo Sparta por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.instagram.com/pablosparta
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