Claves Para Sanar La Mente Y El CorazónMuestra

Auxilio 24x7
Es de noche y estamos en un lugar desconocido. El auto no arranca y nos disponemos a llamar al seguro. Nos recibe un “todas nuestras líneas están ocupadas, por favor aguarde”, seguido de una música estridente y luego nuevamente “todas nuestras líneas…”. Un rato después un operador nos atiende presentándose amablemente y solicitándonos el número de asociado… que por supuesto no sabemos de memoria ni encontramos. Así que nos debe hacer una serie de preguntas para verificar nuestra identidad: “dígame su número de documento”, “¿cuáles son los dos últimos números de su año de nacimiento?”, “¿usted vive en Chivilcoy, Chacarita o Chapadmalal?”, “¿el nombre de su primera mascota?”. Finalmente verificamos nuestra identidad y procede a tomar nota del problema, la dirección donde estamos y todos los datos pertinentes. “El servicio mecánico podría llegar en 50 minutos” -dice el operador- “pero antes déjeme verificar... Lamentablemente tiene el servicio suspendido, ayer venció la cuota y está impaga. Por favor abone y luego puede volver a llamarnos”.
Este relato cotidiano nos hace pensar en que cuando más necesitamos ayuda, menos la conseguimos. Y otra reflexión es: solos no podemos, necesitamos ayuda.
Qué bueno que es saber que Dios nos escucha siempre, que sus líneas nunca están ocupadas y que no hay extensas condiciones que cumplir para tener una audiencia con Él. Dios nos escucha siempre, especialmente en momentos problemáticos, que es cuando más lo necesitamos.
Apliquemos la siguiente receta bíblica:
Cuando tengamos alguna necesidad, acerquémonos con confianza al trono de Dios. Él nos ayudará, porque es bueno y nos ama.
¿Cuál es la condición para que Dios nos ayude? La podemos resumir en dos simples pasos:
- Acercamiento. Esto significa recurrir a Él, disponer un tiempo para hablarle en oración y contarle nuestro problema y sus consecuencias.
- Confianza. Debemos creer que el Padre es bueno, y que nos ama en forma particular. También debemos tener fe en que él hará algo con nuestro problema.
Jesús agrega un ingrediente muy importante para que la oración sea contestada: el “de parte de quién”… es decir, de parte de quién venimos a hacer nuestras peticiones:
Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré.
Tenemos un “contacto” en el cielo que asegura que nuestro asunto será tratado de forma inmediata. Jesús es la garantía de que nuestra petición será respondida de la mejor manera, ya sea por un milagro o por una “serie de eventos afortunados”.
Es por esta razón que nuestras oraciones suelen terminar con una fórmula: “...todo esto te pedimos en nombre de Jesús. Amén”. Así le demostramos al Padre que confiamos en Su Hijo Jesús como aquel que intercede por nosotros y nos abre las puertas a la respuesta.
¿Tienes problemas por resolver?
¿Hay cosas que deseas?
¿Por qué no se las pides directamente a Dios?
La oración modelo es muy fácil:
Dios, te pido….
En nombre de Jesús, amén.
Escrituras
Acerca de este Plan

Nuestros pensamientos, sentimientos, deseos y decisiones son los que marcan el rumbo de nuestra vida: si son buenos, tendremos un buen rumbo; si están enfermos o defectuosos, así sera también nuestro vivir. Te propongo descubrir los consejos bíblicos que Dios nos deja para tener verdadera salud en nuestra mente y corazón. Apto para cualquier persona con necesidad espiritual.
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Nos gustaría agradecer a Pablo Sparta por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.instagram.com/pablosparta
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