Los Motivos Importan

«Abre los ojos de mi corazón, Señor. Abre los ojos de mi corazón. Quiero verte. Quiero verte». Muchos de nosotros hemos cantado esta brillante canción de Michael W Smith en congregaciones de todo el mundo o en el lugar secreto de nuestros momentos de tranquilidad, anhelando, esperando y rezando para ver al Señor. Pero, como siempre, Jesús nos sorprende con algo que no esperábamos.

En el pasaje de hoy, aprendemos que si queremos ver al Señor, no se trata sólo de nuestro deseo, sino también de nuestros motivos. Para ver al Señor, nuestros corazones deben ser puros. Nuestros deseos, necesidades y anhelos deben estar libres de motivaciones egoístas e impuras. Podría fácilmente escribir aquí una lista de motivos erróneos, pero eso sería demasiado prescriptivo y probablemente pasaría por alto el motivo erróneo que se relaciona específicamente contigo. Así que en vez de eso, te recordaré que el trabajo del Espíritu Santo incluye convencernos de nuestro pecado.

Si actualmente estás luchando por ver a Dios, ¿quizás necesites pedirle que te convenza de tu pecado? Para ser honesto, creo que es algo que todos necesitamos hacer con regularidad, igual que nos duchamos/bañamos con regularidad.

Preguntas para reflexionar: ¿Quiero ver a Dios? ¿Cuál es el estado de mi corazón? ¿Hay áreas que el Señor necesita limpiar? ¿Son puros mis motivos? ¿He pedido al Señor que me dé un corazón puro?