De La Desesperanza a La EsperanzaMuestra

Su muerte, mi salvación

Nuestra vida está envuelta de circunstancias que nos llevan a desesperanza. Necesitamos recordar que Jesús nos anima en Juan 16:33 "Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo." Continuamos leyendo ahora el capítulo 19 y vemos a qué se refería Jesús en ese versículo.

En el tiempo de Jesús había diferentes tipos de castigos con el látigo, pero lo que dice Pilato es "azótalo" con puntas de plomo. Esta punta era una sentencia donde él estaba diciendo vamos a matarlo a medias. Buscaba mostrarle a los judíos sangre. ¿Pero por qué decimos a medias? Porque esta punta de metal cada vez que le pegaba jalaba la piel y, los romanos tenían considerado con este castigo dar 39 azotes. Se entendía que el siguiente latigazo llegaría más profundo ya que se estaba flagelando la carne.

Dice Isaías 53:4:

Sin embargo, fueron nuestras debilidades las que él cargó; fueron nuestros dolores los que lo agobiaron. Y pensamos que sus dificultades eran un castigo de Dios, ¡un castigo por sus propios pecados!

Este es el momento en el cual nosotros podemos entender que Dios abrazo a la humanidad. Este es el punto de inflexión, en el cual se puede ver que el hijo de Dios se hizo hombre y, como hombre estaba sufriendo.

Jesús ya había aceptado que Él no era de este mundo, y le dice a Pilato que la autoridad que tiene se le ha dado. Con lo que podemos ver que Jesús no cayó en una trampa, sino que es un juicio verdadero. Con esto se revela su misión en la tierra. Jesús no es una víctima, Él vino a salvarte. Él sabe lo que Él vino a cumplir. Hay un propósito y lo que Él está viviendo lo lleva a tener una victoria y está proporcionándonos una victoria a nosotros.

Te invito a ver este sacrificio de Jesús como el punto primordial para pensar nuestro lugar en el mundo. Rescatados y comprados por Jesús para que tuviéramos la reconciliación y justificación, entendiendo que somos amados por Dios

Te invito a abrazar esta esperanza. En creer que no estás solo(a). Confiar en Jesús. Adorarlo porque llevó nuestras debilidades, nuestros dolores lo agobiaban, fue traspasado por nuestros pecados, en sus azotes fuimos sanados. ¿Lo crees?