De La Desesperanza a La EsperanzaMuestra

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Yo conocí al Señor hace 27 años, un concepto que me enseñaron en ese mismo momento es que no me estaban invitando a una religión, sino a mantener una relación con Jesús, con Dios y con su Espíritu. Unas palabras que definitivamente me cautivaron y me han llevado a un caminar hermoso, buscando conocer a Dios, asombrarme con las cosas maravillosas que puede hacer y buscando conocer las cosas que dice en su Palabra. Entendí que para amarlo necesito estar con Él. Oír su voz. Verlo. Sentirlo. Buscarlo. Llorarle. Reconocerlo. Adorarlo.

Pero conceptos que fueron y han sido ensordecedores para mí, es el de: Si ustedes me aman, me obedecerán. Osea, aquí Jesús puso una conexión sumamente importante entre lo que es el amor y la obediencia y son dos cosas que están completamente conectadas. A Él no le interesan unas palabras solo dichas por decir.

Sabía que en Pedro no tuvo ECO las palabras de “TE AMO" que él mismo le dijo a Jesús. Parecieron que fueron solo dichas en un momento de amor eufórico, pero por ese amor Pedro desenvaina la espada para defender a Jesús y hasta se lanza a cortarle la oreja a un soldado, pero Jesús lo detiene, por dos motivos:

1. Él no quería que lo defendiera porque sabía que su misión de salvarnos se debía cumplir.

2. Jesús no quería que Pedro en ese momento de amor eufórico, en donde le dijera Señor te amo, sino más bien, Él quería un amor consistente. Consciente. Voluntario. Digno entre ellos.

Ahora, recordemos que Jesús nos conoce muy bien a cada uno de nosotros, sabe que al obedecer de esta manera, no es posible hacerlo sin la ayuda del Espíritu Santo. Por eso, Él anunció en ese momento que enviaría al Espíritu Santo, quien nos ayuda en nuestra debilidad.

Dios sabe que solos no podemos. Como una muestra del amor de Dios y Jesús por nosotros y sabiendo lo difícil que nos es obedecer. Además de darnos fortaleza, ser un apoyo a nosotros, que nos conforte, nos aliente, nos guíe, nos permita ver el error que cometemos. Con Él podemos decir que tenemos todo para enfrentar esta vida porque mora en nosotros.

Necesitamos determinarnos a conocer a Dios Padre, Dios hijo y Dios Espíritu Santo, para hacer viva nuestra relación personal con cada uno de ellos. Saber que Él nos ama y nos ayuda en nuestras necesidades. ¿Qué harás con esa determinación por Dios?