De La Desesperanza a La EsperanzaMuestra

Jesús, Uno contigo

Es maravilloso saber que se nos ha invitado a ser una unidad con el Hijo y con el Padre Celestial, pero ¿cómo puede suceder eso?

Al meditar en esta pregunta, me brinca en mi mente ¿cómo lo lograremos si ni siquiera podemos ser uno con nosotros mismos? Y lo digo así porque pienso en esa dualidad que tenemos entre nuestro espíritu y nuestra carne. Sentimos grandes conflictos en nosotros y no logramos mantenernos en armonía. Es fácil dejar que nuestra carne nos domine en lugar de que tome el control el espíritu que habita en nosotros.

Hemos escuchado conceptos como el de nuestra vieja naturaleza y la nueva naturaleza, pero no buscamos entender cómo pasamos de una a otra. Es más, pensemos ¿tenemos identificados que caracteriza mi vieja o nueva naturaleza? Un Sí, difícilmente lo creería. La respuesta que podemos dar es que la nueva busca la “SANTIFICACIÓN” a través de ir dejando a un lado esos viejos hábitos que nos acompañan como sería las mentiras, gritos, chisme, victimizarnos, por mencionar algunos.

El problema es que cuando permitimos que esos hábitos dominen nuestra vida, entonces las emociones y costumbres toman el control con hábitos que hemos tenido arraigados. Hoy es un buen día para entender y cambiar, conducirnos como hijos de Dios entendiendo que tenemos una nueva simiente, la cual fue forjada por Jesucristo en el monte calvario cuando entregó su vida pagando nuestro pecado ante Dios.

Por eso hoy te invito a ir ante Jesús e identificar lo que requieras restaurar de tu vieja manera de vivir y dar inicio a un nuevo caminar. Hoy ¿estás en desilusión, estás triste, con miedo, cansada, cansado de luchar y no obtener nada? es el momento perfecto para soltar el control que crees tener sobre las situaciones y rendirte a Dios.

Salmo 46:10a «¡Quédense quietos y sepan que yo soy Dios! ¿Quedarme quieto, entonces no hago nada? ¡No! en hebreo quedarme quieto es rendirme y dejar de hacer las cosas como pienso y dejar a Dios ser Dios. Darle el control de esas situaciones.

Cada vez que pierdes el control, que no comprendes lo haces o sientes, son momentos que gritas, lastimas, no honras a la persona amada, eso, por los hábitos que tienes. Hoy te invito a dejarlos con la ayuda de Jesús, buscando una relación con Él, conocerlo más y pídele: enséñame a ser Uno Contigo y busca dignificar a Dios.