De La Desesperanza a La EsperanzaMuestra

¿Desesperanza?

Sé que tenemos temporadas que están acordes a lo que esperábamos, pero otras veces sentimos que nos cambiaron el cuerpo, como si viviéramos la vida de otra persona, viviendo lo que no queríamos. ¿Algunas veces tienes buenos tiempos en tu vida? Parece que no. Todos tenemos vidas diferentes con situaciones y sentimientos diferentes. ¿Entonces que nos ayuda a definir un buen o mal tiempo? Nuestras experiencias y nuestra interpretación que va de acuerdo a nuestras vivencias.

Entonces está determinado por lo que sentimos, motivo por el cual, hoy los invitamos a mantener una relación con Dios a través de leer su Palabra, porque cuando la leemos, Dios nos habla de manera diferente a cada uno de nosotros.

En la Palabra de Dios, en Juan 10 nos dice que Jesús es la puerta por la cual podremos entrar y salir, para encontrarnos por buenos pastos. Es una manera de colocar a Jesús en el lugar correcto: Él como Pastor, nosotros como ovejas, así veremos el sustento que necesitamos en espíritu y alma para continuar adelante, sabiendo que nunca nos abandonará, y aunque nosotros nos perdamos en el camino, Él como buen pastor nos buscará.

Recapacitemos en nosotros. Sabemos que tenemos miedos, frustraciones, sueños, metas, pero es tiempo de reconocer que si Dios no está con nosotros y si su Gracia no nos acompaña, simplemente las estrategias no nos sirven, porque estaremos en desesperanza, apagados. Dios nos habla de manera personal, de formas diferentes y siempre encontramos una enseñanza que podemos aplicar a nuestras vidas. Así que recapacitemos en lo que necesitamos: lectura de la Palabra, Ayuno y oración para que busquemos la presencia de Dios.

Necesitamos a Dios en lo que estamos planeando, en lo que estamos empezando. No importa cuantas metas tengamos, necesitamos su presencia… necesitamos tener una relación con Él. Una relación personal. Única, diaria, constante, porque si nosotros no estamos caminando en su presencia, no estamos entonces caminando con su ayuda.

Una relación con Dios no se puede compartir, tiene que ser personal. Aprende a buscarlo, a hablarle a Dios, a contarle tus penas y alegrías. Él te reconforta y ayuda en tus necesidades.

Decisión y determinación para convencernos que la meta Número 1 es buscarlo a Él. Nuestra Prioridad Número 1 es que cada uno de ustedes le haga a Él su Prioridad Número 1. Dios te de hambre y sed de Él y a decir de corazón "Mi Dios".