Afilando mi espadaMuestra

En Apocalipsis capítulo 7, se presenta una visión de consuelo y esperanza. Después de las tribulaciones descritas en los capítulos anteriores, vemos a una multitud inmensa, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, que han salido de la gran tribulación. Están delante del trono de Dios, vestidos con ropas blancas y alabando a Él y al Cordero. Esta visión subraya la victoria final de los redimidos y la fidelidad de Dios hacia su pueblo. Dios asegura su protección, consolando a los suyos en medio del sufrimiento, prometiendo que ya no tendrán más hambre ni sed, y que serán guiados por el Cordero a fuentes de aguas vivas.

Que esta lectura nos inspire a perseverar con esperanza, sabiendo que, al final, aquellos que permanecen fieles a Cristo serán consolados y disfrutarán de la paz eterna en Su presencia.

Apocalipsis 7 es un recordatorio lleno de esperanza en medio de los juicios y tribulaciones. Vemos que antes de que el juicio final llegue a la tierra, Dios asegura la protección de aquellos que le pertenecen.

En un mundo lleno de caos, incertidumbre y tribulación, podemos estar seguros de que, como seguidores de Cristo, llevamos el sello de su protección. Este sello no significa que estaremos exentos de sufrimiento, pero nos asegura que somos de Dios y que nuestro destino final está en sus manos. El sufrimiento no define el final de nuestra historia; la redención lo hace.

La alabanza es una respuesta natural al reconocimiento de la obra salvadora de Dios. Como creyentes, esta visión nos desafía a vivir una vida de adoración, sabiendo que nuestra salvación es segura en Cristo.

Que este capítulo nos anime a confiar en la fidelidad de Dios, incluso en medio de las tribulaciones, sabiendo que estamos sellados por él y que nos espera una gloriosa eternidad en su presencia.