Afilando mi espadaMuestra

En Apocalipsis capítulo 8, después de la adoración y la victoria de los redimidos, se introduce una escena solemne en el cielo. Los siete sellos se abren, y cuando el séptimo sello es desatado, se presenta un silencio de media hora en el cielo. Este silencio marca un momento de solemne expectativa antes de que los ángeles comiencen a tocar las trompetas. Además, se muestra a un ángel que ofrece incienso junto a las oraciones de los santos, simbolizando cómo las oraciones de los creyentes son agradables a Dios.

Que esta lectura nos anime a confiar en que nuestras oraciones son escuchadas por Dios, y a seguir firmes, sabiendo que Él tiene el control absoluto sobre los eventos del mundo.

Este capítulo nos recuerda que Dios escucha nuestras oraciones y actúa en consecuencia, incluso en medio de juicios. El incienso simboliza las oraciones de los santos, lo que nos asegura que ninguna oración pasa desapercibida ante Dios. Las trompetas y los eventos que siguen nos invitan a reflexionar sobre el poder divino y su justicia. Aunque los juicios pueden parecer severos, tienen un propósito redentor: llamar a la humanidad a arrepentirse y volverse a Dios.

Hoy, en medio de las dificultades y los retos globales, este capítulo nos invita a estar alertas y a orar, sabiendo que Dios tiene el control y que nuestros actos de fe tienen un impacto en lo celestial. La esperanza y la confianza en el poder redentor de Dios deben sostenernos frente a cualquier prueba.