[Vive conectado] Amor transformadoMuestra

Se trata de transformación

Durante una conferencia en Londres, mi esposa Kelly y yo aprovechamos la oportunidad para conocer la ciudad. Entre nuestras diversas aventuras, visitamos la Torre de Londres para ver las joyas de la corona, una asombrosa colección de 23 578 piedras preciosas confiadas a los reyes para la nación. Mientras caminábamos mirando una a una, nos sorprendió lo ostentoso de la exposición. Nuestro recorrido por la Torre también sirvió como metáfora de nuestro viaje espiritual, un recordatorio de las innumerables joyas del caminar cristiano.

Así como nos maravillamos con las joyas reales, a menudo nos quedamos hipnotizados por la abundancia de bendiciones y lecciones en nuestra vida cristiana. Al igual que las piedras preciosas de la Torre, estas joyas de sabiduría y gracia pueden ser tan abrumadoras al reunirlas que no las apreciamos individualmente. Pero cada joya, lección y bendición tiene una belleza y un valor únicos.

En Romanos 12, Pablo nos guía a través de estas joyas espirituales. Nos muestra la riqueza de nuestra fe, desde el humilde zafiro de la humildad hasta el rubí radiante del amor y el oro macizo de la fe. Es posible que poseamos algunas de estas joyas como gemas sin tallar ni pulir. Nuestra meta y aspiración debe ser alcanzar todas ellas, cortadas, pulidas y listas para brillar.

Verás, la vida cristiana no se trata de tachar elementos de una lista de tareas espirituales. Se trata de transformación. Se trata de dejar que Jesús obre dentro de nosotros, refinándonos en mejores versiones de nosotros mismos. Se trata de entender que ser transformados por Jesús cambia la forma en que vivimos. Nuestro caminar espiritual no se logra a través de la fuerza de voluntad o el trabajo duro, sino a través de Jesucristo, quien está trabajando dentro de nosotros, puliendo nuestras asperezas y guiándonos a brillar para él.

Romanos 12:1–2 nos anima individualmente a procurar ser transformados por medio de la renovación de nuestra mente. En Romanos 12:3-8, Pablo nos recuerda, como comunidad de creyentes, que cada uno de nosotros tiene por lo menos un don espiritual para servir al cuerpo de Cristo. Y en Romanos 12:9-21, nos insta a explorar cómo podemos amarnos mejor los unos a los otros. Enamorarse de Jesús cambia tu corazón y tu vida, lo que te lleva a una apreciación genuina del pueblo de Dios, conocido como la iglesia.

Entonces, embarquémonos en este viaje juntos, caminemos a través de las joyas de la corona de nuestra fe y apreciemos la belleza, así como el significado único de cada piedra preciosa. Después de todo, es al apreciar estos tesoros espirituales cuando realmente reconocemos la riqueza de nuestro caminar cristiano.