Una vida de intimidad con DiosMuestra

La fe de los demonios
“El que hiciere el hoyo caerá en él, y al que rompiere el vallado, le morderá la serpiente”, Eclesiastés 10:8 (SRV 2004).
Una valla es un límite. En el mundo físico son fáciles de ver: muros, cercos o fosas. En el ámbito espiritual aunque son reales no pueden verse; pero nos protegen del mal, nos mantienen seguros. Si los cruzamos ‘nos morderá la serpiente’. La serpiente es sinónimo de Satanás. Dentro del cerco podemos movernos con libertad y sin temor, del otro lado estamos en grave peligro y expuestos al mundo demoníaco. De ahí que necesitamos un cerco lo suficientemente resistente como para mantenernos seguros frente a los ataques del infierno. Y Dios ha hecho provisión para nosotros. Ese cerco se llama santidad.
La santidad es una poderosa protección mientras se la conserva; pero cuando se la pierde, las consecuencias son desastrosas. ¡Debes entenderlo espiritualmente! La mordida de la serpiente llamada Satanás ocasiona sufrimiento así que, ¡no abras puertas; más bien ciérralas!
Dios estableció el cerco de la santidad como vallado protector. Él dijo: “Presta atención a todo lo que hoy te ordeno, porque entonces iré delante de ustedes... No hagas ningún tipo de tratado con los pueblos que viven en la tierra porque ellos se entregan a pasiones sexuales en pos de sus dioses y les ofrecen sacrificios. Te invitarán a participar... y tú irás con ellos. Acto seguido, aceptarás a sus hijas... y ellas seducirán a tus hijos para que cometan adulterio contra mí al rendir culto a otros dioses...”, Éxodo 34:11-27 (NTV). Luego dice: “Tú eres un pueblo santo porque perteneces al Señor tu Dios... Si prestas atención a estas ordenanzas y las obedeces... te amará y te bendecirá... El Señor te protegerá... El Señor tu Dios está contigo...”, Deuteronomio 7:6-21 (NTV). Advierte la expresión: “te amará... te bendecirá... te protegerá... Dios está contigo”. Dios promete presencia, bendición y protección siempre que su pueblo no traspase el cerco de la santidad. Mientras se mantuvieran apartados y no adoptaran las prácticas de los habitantes de otras naciones Dios estaría con ellos y los cuidaría; de lo contrario, los dejaría y la ‘serpiente los mordería’.
La Biblia afirma que por falta de conocimiento uno puede ser destruido, Oseas 4:6. Hoy en día miles de personas y aun familias enteras están siendo arruinadas porque desconocen el enorme poder que tiene la santidad y el pacto matrimonial.
¿Atravesaste el cerco de la santidad? ¿Están rotos los muros de defensa? ¡Repáralos ya! Ora a Dios por fortaleza para reparar el muro de la santidad.
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/
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