Una vida de intimidad con DiosMuestra

Comunión, unción y obediencia
“De día Jesús enseñaba en el templo, pero salía a pasar la noche en el monte llamado de los Olivos, y toda la gente madrugaba para ir al templo a oírlo”, Lucas 21:37-38 (NVI).
La comunión con el Señor incrementa nuestra fe, pero también desata autoridad. ¿Necesitas sabiduría y unción? Imita a Jesús. Su autoridad y sabiduría provenían de su íntima comunión con el Padre. La autoridad y sabiduría espiritual no se obtienen mediante el conocimiento académico o una posición de liderazgo. Si lo que vas a decir no lo escuchaste en la presencia de Dios, NO LO DIGAS y nunca escuches a quienes no escuchan la voz de Dios.
Existe un elemento más en el éxito del ministerio de Jesús: la obediencia. Jesús dijo: “Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta... porque no hago lo que yo quiero, sino lo que mi Padre me ordena hacer”, Juan 5:30 (TLA).
Cuando tú combinas oración y obediencia tienes la ‘fórmula’ exacta para que Dios se revele: “El Señor reserva su amistad personal para los que le tienen un temor reverente. Es a ellos a los que les enseña el significado de su pacto”, Salmo 25:14 (PDT).
A la luz de esta enseñanza, podríamos decir que la falta de revelación sería la evidencia de la falta de oración o una manifestación de la desobediencia. Este pecado bloquea la revelación.
¿Te faltan recursos escriturales para ser convencido de que cuando existe desobediencia Dios no se revela? Piensa en Saúl. Su rebeldía era descarada. Sin embargo en su desesperación acudió a Dios para preguntarle qué hacer: “Cuando Saúl vio al ejército filisteo, le dio muchísimo miedo. Entonces consultó con Dios qué debía hacer. Pero Dios no le contestó, ni en sueños, ni por medio de suertes ni de profetas”, 1º Samuel 28:5-6 (TLA). ¡No despreciemos la comunión ni persistamos en desobedecer!
“Yo soy... Dios... y les aseguro que vienen días en que haré que sientan hambre... pero no de pan... ¡tendrán hambre de oír mi palabra! Andarán de este a oeste, y de norte a sur, con deseos de oír mi palabra, pero yo no les hablaré”, Amós 8:11-12 (TLA). Recuerda, ¡si Dios se vuelve mudo, la causa podría ser la desobediencia! No importa cuán hermosa sea la música o cuán deslumbrante sea el programa de la iglesia, si Dios no es temido y respetado no se manifestará. Donde el pecado habita la gloria del Señor no reposa.
Dos aspectos para analizar: comunión y obediencia. ¿Cómo responderás al desafío de este día?
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/