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Una vida de intimidad con DiosMuestra

Una vida de intimidad con Dios

DÍA 86 DE 365

Dios escribirá mejores capítulos en tu vida

“Señor... ¿Por qué los seres humanos somos importantes para ti? ¿Por qué te acuerdas...y...te ocupas de nosotros?”. Tú has creado a los seres humanos... Los has puesto al cuidado de todo lo que creaste; pusiste todo bajo sus pies...”, Salmo 8:1-9 (PDT).

Adán y Eva mantenían una relación íntima con Dios. Disfrutaban de un compañerismo profundo y Dios les confió la administración de todo lo creado. Entiéndase bien. La capacidad de Adán y Eva para llevar adelante semejante ministerio dependía de su habilidad para mantener viva esa relación.

El gran secreto consiste en saber que el servicio para Dios debe derivar de nuestra comunión con Dios. El que no pasa tiempo con el Señor no sabe qué hacer y, lo que hace, no es lo que Dios quiere. ¿Recuerdas a Moisés? Dios le dijo: “Sube y espérame”, Éxodo 24:12 (TLA). En la cima del monte recibió el mensaje que luego compartió con el pueblo. Son muy pocos los que están dispuestos a subir y esperar el diseño de Dios para sus vidas y ministerios. Y son muchos, pero muchos, los que están prestando atención a personas que no tienen un mensaje revelado por Dios. ¡Evita escuchar a quienes no escuchan la voz de Dios!

¿Qué hacía Eva antes de comer del fruto prohibido? ¡Conversaba con Satanás! Es una clara evidencia de que su relación con Dios se estaba debilitando y, cuando eso sucede, la desobediencia es cuestión de tiempo. Adán y Eva perdieron el Edén, pero antes habían “perdido” a Dios en el lugar secreto. Y desde entonces debieron trabajar duramente para conseguir sus alimentos en un mundo maldecido. La incapacidad para mantener la amistad con Dios los llevó a la desobediencia, y la desobediencia alejó a Dios de sus vidas.

¡Perder a Dios en el lugar secreto es la peor pérdida de esta vida!

¡El éxito en la vida deriva del éxito en el lugar secreto y el fracaso es el resultado del descuido de la vida de oración!

Amado Señor, yo soy culpable del pecado que señala Jeremías 23:18: “¿Ha estado alguno... en la presencia del SEÑOR para escuchar lo que en realidad dice? ¿Acaso alguno de ellos se ha interesado lo suficiente como para escuchar?”(NTV). Hoy me arrepiento por descuidar la comunión contigo, por no perseverar en el lugar secreto. Me vuelvo a ti para edificar la carpa del encuentro como sitio de honor para ti, adorándote con devoción toda mi vida. Amén”.

Acerca de este Plan

Una vida de intimidad con Dios

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).

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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/