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Una vida de intimidad con Dios

DÍA 80 DE 365

El poder de la intimidación

Dios no nos ha dado un espíritu de temor... sino de poder, amor y autodisciplina”, 2ª Timoteo 1:7 (NTV).

Honramos a Dios cuando ejercemos los dones que tenemos. Algunos creyentes buscan el éxito a cualquier precio y descuidan el carácter. Buscan los dones sin darse cuenta que el desarrollo del carácter es más importante que cualquier aspecto ministerial. Por el otro lado, hay cristianos que solo buscan el carácter y descuidan el desarrollo de los dones. Ellos quieren ser santos, rectos y humildes postergando el servicio para Dios. Parece que Timoteo tenía este problema, ya que Pablo tuvo que decirle: “No descuides el don espiritual que recibiste...”, 1ª Timoteo 4:14 (NTV).

La Biblia dice: “Dios... les ha dado un don a cada uno de ustedes. Úsenlos bien para servirse los unos a los otros”, 1ª Pedro 4:10 (NTV). Si eres una persona nacida de Dios puedes estar segura que Él te ha dado, por lo menos, un don. Ese don te da la habilidad para hacer algo que está más allá de tu capacidad natural. Entonces, no trabajes apoyado en tus capacidades naturales cuando tienes una gracia que te faculta para ir más allá de lo que puedes lograr por ti mismo.

No está bien dejar que los dones se duerman. Los dones no son para ti mismo sino para servir a los demás y edificar el reino de Dios. No codicies los dones de otras personas. ¿Por qué seducen tanto los ministerios de plataforma? Las partes del cuerpo que no se ven son más importantes que las que se ven, 1a Corintios 12:22. Una persona puede vivir sin una pierna; sin embargo, la pierna suele recibir mucha atención. Seguramente has escuchado elogiar las piernas de una persona pero, ¿has escuchado alguna vez que alguien dijera: “que hermoso hígado tienes”? Lo interesante es que se puede vivir sin las piernas, pero no sin el hígado.

Pablo le dijo a Timoteo que sus dones estaban inactivos porque se había dejado intimidar. El miedo nos desplaza del lugar que Dios quiere que tengamos. ¡Rompe con el poder de la intimidación y haz lo que Dios te dijo que hicieras!

“Señor, perdóname por dejarme vencer por el miedo y no desarrollar los dones que me has dado. Me levanto contra toda forma de intimidación. Rompo con el poder del temor y declaro que haré todo lo que Dios me pida con los dones que me ha regalado. Amén”.

Acerca de este Plan

Una vida de intimidad con Dios

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).

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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/