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Una vida de intimidad con DiosMuestra

Una vida de intimidad con Dios

DÍA 311 DE 365

El secreto para ser feliz

El diablo nos hace creer que nos falta algo para ser felices y que Dios no quiere que lo tengamos. Y nosotros le creemos. Aun el padre de la fe cayó en sus pérfidas mentiras. El diablo lo convenció de que le faltaba algo para ser feliz y que Dios no quería dárselo. Sí, Abraham hizo responsable a Dios de su desdicha: “Tú no me has dado descendientes propios...”, Génesis 15:3 (NTV). Su esposa pensaba de la misma manera: El Señor me ha hecho estéril... me impide ser madre, Génesis 16:2 (BAD, BPD). Abraham y Sara fueron persuadidos de que Dios les estaba negando la dicha de un hijo.

¿Quién les hizo creer semejante mentira? El diablo. Así trabaja el enemigo de nuestras almas. En primer lugar nos convence que nos falta algo o ‘alguien’ para ser felices. Luego nos empuja a pensar que la culpa de nuestra infelicidad la tiene Dios. Y como Dios no quiere que tengamos aquello que nos hará felices terminamos procurándolo por nuestros propios medios. ¡Siempre por el camino de la desobediencia! Fue así que Sara le dijo a su esposo: “...Como Dios no me deja tener hijos, acuéstate con mi esclava...”, Génesis 16:1 (TLA). ¿Puedes notarlo? Abraham y Sara llegaron a la conclusión de que a Dios no le interesaba su realización. Entonces procuraron por el camino de la desobediencia aquello que los haría felices. ¿Y, fueron felices? Por supuesto que no. No existe felicidad por el camino de la rebeldía. Abraham tuvo el hijo, pero no fue feliz. ¿Y, por qué no? Porque la felicidad no se encuentra en una cosa o persona. Una relación o una nueva relación, un hijo, un trabajo, un título o un auto nuevo te brindarán alegrías pero no te harán feliz.

¿Conoces a Dios? ¿Tienes una relación de amor creciente con Él? Entonces tienes todo para ser feliz. Pablo era feliz independientemente de la situación en la que estuviera: “Conozco el secreto de estar feliz en todos los momentos y circunstancias... porque Cristo me da el poder para hacerlo", Filipenses 4:12-13 (PDT). Pablo era feliz porque cultivaba una relación personal con Dios. Aprende esta gran verdad: ¡la felicidad que todo el mundo busca y que muchos prometen solo se encuentra en Dios! ¡Cuando nos hacemos amigos de Dios la felicidad es una de las consecuencias!

Acerca de este Plan

Una vida de intimidad con Dios

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).

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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/