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Una vida de intimidad con Dios

DÍA 312 DE 365

Amor apasionado

“Dios... deja libre al preso encadenado... y le da prosperidad...”, Salmo 68:6 (BLA y DHH).

Un domingo de pascua el pastor de una pequeña comunidad rural llegó al templo con una vieja y oxidada jaula en sus manos. Ante la desconcertada mirada del auditorio, el hombre dijo: “sucedió ayer mientras paseaba por el pueblo. Un niño se acercó a mí balanceando esta jaula. En el fondo había tres pajaritos temblando de miedo. Detuve al muchacho y le pregunté: “¿qué llevas en tus manos?”. “Unos cuantos pájaros viejos”, fue la respuesta. “¿Y qué vas a hacer con ellos?”, le pregunté. “Me voy a divertir”, contestó. “Voy a molestarlos, les sacaré las plumas y haré que se peleen entre sí”. “Pero tarde o temprano te vas a cansar y entonces, ¿qué harás?”. “Tengo gatos. Seguramente me lo agradecerán”, contestó el muchacho. Me quedé sin palabras hasta que le hice una propuesta: “¿cuánto quieres por esos pájaros?”. “¿Seguro que los quiere? Son viejos y no cantan. ¡Ni siquiera son bonitos!”. “¿Cuánto?”, insistí otra vez. El niño dijo: “cien pesos”. Le di el billete y desapareció. Tomé la jaula, abrí la puerta y los pájaros volaron en libertad”.

La historia del pastor no es muy diferente a la mencionada en la Biblia. El ser humano vivía en libertad cuando Dios lo creó. Pero pronto entró a la jaula del diablo y, desde entonces, está ahí esclavizado y a su servicio. Imagina a Satanás luciéndose ante Dios: “...y qué me dices. Atrapé a la humanidad. Les tendí una trampa, coloqué una carnada y, ¡los agarré a todos! Ahora están en mis manos”. “¿Y qué vas a hacer con ellos?”, preguntó Jesús. “¡Me voy a divertir! Voy a enseñarles cómo casarse y luego divorciarse, cómo odiarse y maltratarse; cómo beber, drogarse y maldecir sin límites. ¡Me voy a divertir a lo grande!”, dijo a las carcajadas el diablo. “¿Y qué harás cuando termines con ellos?”, preguntó Jesús. “Los llevaré conmigo al infierno”, exclamó. “¿Cuánto quieres por ellos?”, replicó Jesús. “¿De verdad te interesan esas personas? ¡No valen nada! Los ayudarás y te odiarán. Los bendecirás y no te lo agradecerán. ¡Te escupirán, te maldecirán y te matarán!”. “¿Cuánto?”, preguntó Jesús nuevamente. “Todas tus lágrimas y toda tu sangre”, afirmó Satanás. Jesús dijo: “¡trato hecho!”. Entonces fue a la cruz, entregó su vida y pagó el precio: Él nos rescató de las tinieblas satánicas... compró nuestra libertad con su sangre preciosa...”, Colosenses 1:13-14 (NT-BAD). Tan profundo amor debe ser correspondido. Vivamos para Dios. Su amor lo merece.

Acerca de este Plan

Una vida de intimidad con Dios

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).

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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/