Una vida de intimidad con DiosMuestra

Invierte en lo eterno
¿Qué es lo que la gente hace con su vida? ¿Qué estás haciendo con la tuya? Generalmente vivimos imitando la vida de los demás. Estamos detrás del sueño americano, escalando al éxito mediante una consagración total a los negocios, la profesión o al trabajo. Vivir enfocado y consagrado a causas temporales es el común denominador de la humanidad. Pero no es lo correcto. Jesús dijo que el que así vive es un necio. En la parábola del hombre rico, Jesús dejó bien en claro que preocuparse solo por lo terrenal es un error de dimensiones eternas. Acumular tesoros que no podremos llevarnos a nuestro nuevo y definitivo hogar es una necedad.
La verdadera sabiduría consiste en hacer riquezas que a la hora de abandonar este mundo podamos trasladar al venidero. Y, ¿cuáles son esas riquezas que duran para siempre? En primer lugar la amistad con Dios: “El que almacena riquezas terrenales pero no es rico en su relación con Dios, es un necio”, Lucas 12:21 (NTV). Y en segundo lugar las personas que hemos alcanzado para Cristo con nuestro testimonio y la inversión de nuestras posesiones materiales. Jesús expresó: “...Usen las... riquezas de este mundo para ganarse amigos... Para que... ellos los reciban en las moradas eternas...”, Lucas 16:9 (DHH y LPD).
Los amigos a los que Jesús se refiere son aquellas personas a quienes hemos alcanzado con el evangelio aquí en la tierra. Si usamos nuestros recursos para ayudar a que otros encuentren a Cristo, la inversión nos brindará beneficios en la eternidad: “No depositen sus esperanzas en las efímeras riquezas de este mundo sino en el Dios vivo, quien siempre nos proporciona todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos... Empleen el dinero en hacer el bien... en buenas obras... De esta forma estarán acumulando en el cielo un verdadero tesoro para sí mismos. ¡Es la única inversión eternamente segura!...”, 1ª Timoteo 6:17-19 (NT-BAD). ¿Estamos trabajando arduamente por las riquezas que perduran o por aquellas que un día tendremos que dejar y que luego se perderán en una fogata cósmica, 2ª Pedro 3:10? El deseo de tener más sin la intención de darle a Dios en la misma proporción es contrario al verdadero evangelio. Invirtamos tiempo, dones, capacidades, dinero y toda clase de recursos en aquello que podremos llevarnos con nosotros al morir. Seamos ricos en la fe, en nuestra relación con Dios y en buenas acciones. ¡Seamos ricos invirtiendo en la salvación de las personas!
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/
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