Una vida de intimidad con DiosMuestra

Todo el mundo es ateo hasta que el avión pasa turbulencias
“...Asegúrense de que ninguno... tenga un corazón... incrédulo que los aleje del Dios vivo”, Hebreos 3:12 (NTV).
La incredulidad es el pecado del que menos conciencia tenemos y el último en ser vencido por el creyente. Veamos dos aspectos:
1. La incredulidad lleva en sí castigo. “El que crea en el Hijo de Dios no será condenado. Pero el que no cree ya ha sido condenado...”, Juan 3:18 (PDT). El diablo trabaja full time, no tanto para que seamos ladrones o asesinos sino, incrédulos. Jesús lo explicó muy bien en la parábola del sembrador: “Los que están a lo largo del camino son los que han escuchado la palabra, pero después viene el diablo y la arranca de su corazón, pues no quiere que crean y se salven”, Lucas 8:12 (BLA). Cuando dudamos de Dios y de sus promesas favorecemos los intereses del diablo, pues su trabajo es robarnos la fe.
Semana tras semana exaltamos el gran poder de Dios, pero ante la mínima adversidad nuestra fe languidece. Bien lo dijo Jesús: “Creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan”, Lucas 8:13. La fe de María también flaqueó. No creyó que Jesús tuviera poder suficiente para sanar a la distancia: “—Señor, si tan solo hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”, Juan 11:32 (NTV). Si estos titanes de la fe tropezaron más de una vez, ¿no deberíamos nosotros tener más cuidado? Recuerda lo que el Señor le dijo a Abraham: “¿Existe algo demasiado difícil para el SEÑOR?...”, Génesis 18:14 (NTV). Las palabras de Jesús son aún más certeras: “para Dios todo es posible”, Mateo 19:26 (BLA).
2. La incredulidad no agrada a Dios. “Los que por fe han sido hechos aceptos ante Dios, por fe han de vivir. Si no confían en El en todas las circunstancias de la vida, si se vuelven atrás, Dios no estará contento con ellos”, Hebreos 10:38 (NT-BAD). La fe no niega las dificultades, la fe se apoya en Dios que es muy diferente. La fe noes ignorante, tampoco descuidada. La fe mira a Dios, se apoya en Dios y espera en Dios.
“La salvación de ustedes depende de que mantengan la calma. Su fuerza radica en... confiar en mí”, Isaías 30:15 (RVC). Nada supera a la fe. Nada alegra más el corazón de Dios y nada nos beneficia tanto como la fe en Dios y en sus promesas. ¡Ten fe y vivirás bajos cielos abiertos!
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/
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