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Una vida de intimidad con Dios

DÍA 238 DE 365

No permitas que tus pies vayan delante de tus zapatos

Tengan paciencia, dice el SEÑOR”, Sofonías 3:8 (NTV).

La impaciencia puede malograr los mejores planes de Dios para nuestras vidas. Saúl tenía órdenes expresas de no salir a la guerra, sin antes reunirse con el pueblo y esperar la dirección de Dios, 1º Samuel 10:8. ¡Saúl debía aguardar la guía del Señor en el lugar de la adoración! El mismo principio es válido para nosotros: “Quédate quieto en la presencia del SEÑOR, y espera con paciencia a que él actúe”, Salmo 37:7 (NTV). ¡Quietos en el lugar de la adoración, esperando la guía del Señor!

El mensaje y los diseños de Dios nos serán entregados en el lugar secreto, esto es la carpa del encuentro. No salgas de ese bendito lugar hasta contar con la dirección divina. No te apresures. La impaciencia es la hermana menor de la incredulidad, y ambas, enemigas de la fe.

El gran pecado de Saúl fue la incredulidad. Y la incredulidad le costó el reinado. Cuando esperamos pacientemente el cumplimiento de las promesas de Dios demostramos fe. Esperaremos todo el tiempo que sea necesario. ¿Dónde? En el lugar de la adoración. Dios le dijo a Moisés: “...Sube para encontrarte conmigo... Sube... y espérame...”, Éxodo 24:1 (NTV) y 12 (TLA). Moisés tenía una promesa, pero no sabía cuánto tiempo debía esperar en la cumbre del monte. La orden era permanecer en el lugar de la adoración, todo el tiempo que fuera necesario hasta que Dios se revelara.

Probablemente la dirección de Dios esté a punto de llegar. No dejes que la impaciencia se apodere de tu corazón. ¿Cuándo llegó Samuel? “En el momento en que Saúl terminaba de celebrar el sacrificio...”, 1º Samuel 13:10 (BAD). Tan pronto como Saúl tomó el asunto en sus manos Samuel llegó. La dirección divina estaba a las puertas, a solo unos minutos, pero Saúl pecó por impaciente. La parte más difícil de la fe es la última media hora, poco antes de que aparezca la respuesta y Dios cumpla sus promesas. Es en esa última media hora donde solemos perder el milagro. Es allí donde debemos perseverar con paciencia.“Desde el principio del mundo, ningún oído ha escuchado, ni ojo ha visto a un Dios como tú, quien actúa a favor de los que esperan en él, Isaías 64:4 (NTV). Dios cumplirá sus promesas a la hora correcta y de la manera correcta. ¡Tengamos confianza! Solo así demostraremos nuestra fe viva en el Señor Todopoderoso. Y esa actitud multiplicará nuestra bendición.

Acerca de este Plan

Una vida de intimidad con Dios

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).

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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/