Una vida de intimidad con DiosMuestra

Asóciate con personas santas

“Júntate con sabios y obtendrás sabiduría; júntate con necios y te echarás a perder”, Proverbios 13:20 (DHH).

Elige amigos santos. Los amigos necios arruinarán tu santidad. ¿Usarías la misma copa que aquel que tuviera una enfermedad contagiosa? ¡El pecado es tan contagioso como el ébola! No tiene sentido que un pulcro limpiador conviva con un minero de carbón. Lo que uno limpia, el otro lo llena de manchas negras. Del mismo modo, no puedes permanecer entre gente pecadora por mucho tiempo sin que te contamines. ¿Te acuerdas de Amán? Estaba furioso porque Mardoqueo no se inclinaba ante él: “Entonces su esposa Zeres y todos sus amigos le aconsejaron: —Manda construir una horca... le dirás al rey que haga colgar a Mardoqueo... Este consejo le agradó a Amán...”, Ester 5:14 (TLA). ¿Cómo terminó la historia? El propio Amán fue colgado en esa horca.

Veamos otro ejemplo. “Josafat... hizo una alianza con Acab... al dar a su hijo en matrimonio a la hija de Acab”, 2º Crónicas 18:1 (NTV). Josafat era un líder comprometido con Dios, pero decidió muy mal al asociarse con el perverso y desobediente rey Acab. Esa alianza le acarreó tragedia y desolación, 2º Crónicas 19:2. Cuando Josafat murió, su hijo Joram asumió el trono. Este hombre, influenciado por su esposa Atalía, mató a todos sus hermanos: “...Joram desobedeció a Dios... porque se casó con la hija de Acab”, 2º Crónicas 21:6 (TLA). Atalía era tan malvada que después de la muerte de su esposo continuó con su plan diabólico de exterminar a todos sus nietos. Y así lo hizo, con excepción de uno que fue preservado por Dios, 2º Crónicas 22:10-12. ¿Quién podría imaginarlo? Toda una familia y su descendencia destruida por la mala asociación de un hombre ungido como Josafat con una persona malvada como Acab. Si aceptas la influencia de un círculo pecador tu santidad jamás se fortalecerá.

¿Por quién te dejas influenciar? ¿Con quién andas? ¡Esto no es un juego! Tu familia podría ser destruida si te asocias y haces amistad con aquellos que deshonran a Dios. No puedes ser amigo de los enemigos de Dios. David no se asociaba con cualquier persona ni tenía comunión con quienes deshonraban a Dios: “Soy amigo de todos los que te honran...”, Salmo 119:63 (RVC). No te sientes con los murmuradores, los rebeldes o los que deshonran al Señor. Camina con personas de fe. Déjate influenciar por creyentes llenos del Espíritu Santo y ten por seguro que tu vida será más plena cada día.