Una vida de intimidad con DiosMuestra

La fe

“...Al que cree todo le es posible”, Marcos 9:23.

Nada en este mundo ofende tanto a Dios como la falta de fe. Moisés y Aarón perdieron la tierra prometida por incrédulos: “... ¡Puesto que no confiaron lo suficiente en mí... ustedes no los llevarán a la tierra que les doy!”, Números 10:12 (NTV).

Nota que el texto dice: “puesto que no creyeron en mí” (Número 20:12); no dice “puesto que no creyeron a mis palabras”. Hay diferentes grados de fe. El nivel más bajo es aquella que descansa en milagros. ¿Recuerdas al oficial romano que se acercó a Jesús pidiéndole ayuda para su hijo? El Señor le dijo: “Ustedes solo creen en Dios si ven señales y milagros”, Juan 4:48 (TLA).El problema de las personas cuya fe descansa en milagros es que dependen permanentemente de ellos para seguir creyendo. Jesús desafió a ese hombre a ir un paso más allá en su fe cuando le dijo: “Regresa a tu casa. Tu hijo vive...”, Juan 4:50 (TLA). El oficial no sabía si efectivamente el milagro había sucedido, pero fue invitado a confiar en la palabra del Señor y así lo hizo: “El hombre creyó lo que Jesús dijo, y se fue. Mientras regresaba... sus criados... y le dijeron: “¡Su hijo vive!’”, Juan 4:50-51 (TLA). Finalmente existe una clase de fe que estamos llamados a desarrollar y es la que descansa no en milagros ni en promesas sino en Dios mismo: “...Asegúrense de que su fe sea solamente en Dios...”. Santiago 1:6 (NTV).

¡La desobediencia es incredulidad! Los que desobedecen no creen, y los que no creen, desobedecen: “¿Y a quiénes juró Dios que jamás entrarían en su reposo, sino a los que desobedecieron? Como podemos ver, no pudieron entrar por causa de su incredulidad”, Hebreos 3:18-19 (NVI). Como verás el precio de la incredulidad es demasiado alto.

No limites más el poder de Dios. No es la oración la que trae las bendiciones del cielo sino la oración con fe: “...Oren por cualquier cosa, y si creen, la recibirán. Seguro que la recibirán”, Marcos 11:24 (NT-BAD). La fe en Dios lo es todo. ¿Quieres más fe? Pasa más tiempo con Jesús. Los discípulos que estuvieron de retiro con Jesús en el monte fueron los únicos que tuvieron la fe suficiente como para pedir fuego del cielo, Lucas 9:28 y 54. Cuanto más cerca de Dios estés, más fe tendrás. ¡Y la fe conquista el mundo y también el corazón de Dios!