Una vida de intimidad con DiosMuestra

Ídolos de los cristianos
“...Apártense de los ídolos... aléjense de todo lo que pueda ocupar el lugar de Dios en el corazón”, 1ª Juan 5:21 (NVI y NTV).
Al pecar, Adán y Eva perdieron la presencia de Dios. Y aunque tuvieron la oportunidad de recuperarla, no quisieron. Eva comenzó una vibrante relación con un ser creado, un nuevo amiguito con el que fue conociéndose de a poco hasta que la nueva amistad desplazó lentamente la relación con Dios. Eso es idolatría. Un ídolo es cualquier cosa o persona que toma el lugar de Dios en nuestro corazón; es decir todo aquello que reemplaza nuestra relación con Dios.
Dios dijo: “...No deben hacer ningún ídolo... que compita conmigo”, Éxodo 20:23 (NTV). Lo que amamos o admiramos más que a Dios se transforma en un ídolo. El vehículo, la profesión, el deporte, la pareja, un hijo, el púlpito o el dinero pueden convertirse en dioses para nosotros. Ahora bien, si una actividad religiosa llena el vacío causado por la ausencia de Dios eso también es idolatría. Veamos algunos ejemplos:
1. La actividad religiosa. Si el trabajo para Dios toma el lugar de Dios en nuestro corazón es un ídolo. Cuidado con hacer cosas para Dios y olvidarse de Dios.
2. El estudio bíblico. Leer y estudiar la Biblia son disciplinas útiles siempre que nos inspiren a fortalecer nuestra relación con Dios. El conocimiento acerca de Dios no debe reemplazar el conocimiento de Dios. Jesús dijo: “Ustedes estudian las Escrituras a fondo porque piensan que ellas les dan vida eterna. ¡Pero las Escrituras me señalan a mí!...”, Juan 5:39-40 (NTV). Jesús no le restó importancia al estudio de las Escrituras, sino que estableció claramente que debe ser un medio para un fin superior: ¡encontrarse y conocer a Cristo!
3. El compañerismo cristiano. Si los encuentros entre creyentes reemplazan los encuentros con Dios se convierten en idolatría.
4. Moralidad y ética. Ser moralmente correcto está bien, pero se convierte en un ídolo si usamos nuestra moralidad para escondernos de Dios.
Leer la Biblia y estudiarla, practicar el compañerismo cristiano y llevar una vida moral correcta son aspectos buenos. No se trata de deshacerse de esas cosas sino de los ídolos. Nuestro llamamiento supremo no es a esconderse detrás de esas cosas buenas, sino encontrar a Cristo a través de ellas. Recuerda que el tesoro más importante que tienes es tu relación con Dios. ¡No la descuides por nada del mundo, ni siquiera por el servicio a Dios!
Escrituras
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/
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