Una vida de intimidad con DiosMuestra

¿Crees que es casualidad?

El diablo no posee autoridad para tocar nuestras vidas, a menos que se la demos. Jesús dijo: “Sí, les he dado autoridad a ustedes para pisotear serpientes y escorpiones y vencer todo el poder del enemigo; nada les podrá hacer daño. Lucas 10:19 (NVI). Un creyente obediente posee autoridad sobre el mundo espiritual: “...En mi nombre echarán fuera demonios...”, Marcos 16:17.

Ahora bien, Satanás buscará desplazarnos de nuestra autoridad en Cristo. La forma principal es por medio del pecado. Pero si te mantienes en obediencia estás protegido por Dios: “...El que ha nacido de Dios no está en pecado: Jesucristo, que nació de Dios, lo protege, y el maligno no llega a tocarlo”, 1ª Juan 5:18 (NVI).

Este principio espiritual implica abandonar lo que es incorrecto. Muchas mujeres saben que sus maridos son infieles, hacen negocios turbios o tienen conductas anticristianas, pero miran para otro lado. ¡Ojo! El problema no es la relación marital sino, la puerta abierta a los demonios.

El ocultismo es otra puerta de maldición. Acudir al infierno tiene su precio. Nunca es bueno pedirle 'favores' al diablo. Si acudiste a un brujo o curandero porque estabas enfermo o necesitabas un empleo, sin importar el tiempo que haya transcurrido, debes arrepentirse y pedir perdón a Dios.

Los malos tratos y el abuso son puertas de maldición. Los hijos maltratados crecerán con ira y, aquello que no fue sanado, se repite en la siguiente generación. Si la puerta se abrió por las raíces de amargura en tu vida, debes recuperar tu libertad soltando perdón sobre quienes te hirieron, aun cuando no lo merezcan.

El pecado es la puerta por donde el diablo entra y te roba. Analiza tu vida: ¿En qué áreas le diste autoridad a Satanás? ¿Fue en la sexualidad? ¿Con la pornografía? ¿En relación a la ira?¿Al visitar brujos o curanderos? ¿En el hogar por medio de vicios? ¿Has pactado con el diablo y piensas que no podrás librarte? En todos estos casos, arrepiéntete y abandona de inmediato cualquier pecado. ¡En el nombre de Cristo tú puedes! “Si puedes creer, al que cree todo le es posible", Marcos 9:23. ¡Recupera tu autoridad! Luego, pídele a Dios que bendiga a tu familia y a las generaciones que vendrán.

“Señor ayúdame a ver todas las puertas que he abierto al diablo. Dame el valor de reconocerlas y el poder para cerrarlas de manera definitiva. Quiero vivir en tu libertad y bendición. Amén”.