Una vida de intimidad con DiosMuestra

Todo o nada, ahora o nunca
“...Hay una cosa que todavía no has hecho...”, Lucas 18:22 (NTV).
¿Cuál era el problema del hombre rico de Lucas 18:18-25? ¿Su riqueza? No. Dios no tiene problemas con que tengas riquezas, el problema se suscita cuando las cosas te tienen a ti. Jesús le dijo: “Hay una sola cosa que todavía no has hecho”, Lucas 18.22. ¿Una sola cosa? Sí. Tú podrías creer que está todo bien porque nueve de cada diez áreas de tu vida están en orden. Crees que eso es suficiente y que no puedes ser perfecto en todo. Sin embargo, esa obediencia selectiva es algo que a Dios no le gusta. Para Dios es TODO o NADA.
Hay que tener mucho cuidado porque una bendición puede transformarse en un obstáculo en la relación con Dios. Un hijo, un nuevo trabajo, una pareja o un auto nuevo pueden significar un favor de Dios o también un obstáculo para la relación con Dios. Isaac, la bendición de Dios para Abraham, casi termina desviándolo de su camino. Lo mismo sucedió con el hijo pródigo. ¡La bendición del padre financió su alejamiento! No dejes que las bendiciones tomen el lugar de Dios en tu corazón. Que sus ‘regalos’ no te satisfagan sino solo Su Presencia.
Dios siempre te pedirá aquello que amas más que a Él. Al hombre de la historia Dios no le pidió el ministerio sino sus posesiones. “Hay una cosa que todavía no has hecho” representa aquello a lo que te has aferrado y no quieres soltar, algo de mayor valor que Dios. Si no lo entregas voluntariamente, Dios te lo pedirá, y si te rehúsas no podrás ser su discípulo. “Hay una cosa que todavía no has hecho”, y Jesús es el único que puede revelártela. No intentes darle a Dios algo que no te está pidiendo. No puedes hacer para Dios lo que crees que es mejor. Dios no te ofrece que escojas lo que quieras darle o dónde o cómo servirlo. Recuerda que no te perteneces a ti mismo (1ª Corintios 6:19) le perteneces a Él. Dios quiere que seas todo de Él. Cuando Dios tenga todo de ti, tendrá todo lo que tú tengas. Por otra parte, ¡si Él no tiene tu corazón, entonces no tiene nada!
¿Te animas a elevar al Señor una ‘oración peligrosa’ que podría transformar tu vida? Di:
“Señor me entrego completamente a ti. Te entrego lo que soy y todo lo que tengo. Ruego por un avivamiento genuino. Quiero ser un verdadero discípulo, en Jesús. Amén”.
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
More
Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/