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El engaño de las riquezas

Por Robert Morris

En los últimos días hemos hablado del terreno espinoso en la parábola del sembrador. Ayer aprendimos que los espinos, o demonios, tratan de ahogarnos y privarnos de la Palabra de Dios agobiándonos con las preocupaciones del mundo. Otra forma en que tratan de ahogarnos es a través del engaño de las riquezas.

1Timoteo 6:17 dice que no debemos confiar en las riquezas. Veamos que antes, los versículos 9 y 10 dicen: “Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción. Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores.” Esto nos enseña que no deseemos ni amemos las riquezas. Es importante porque debemos confiar, desear y amar a Dios … no a las riquezas. Si buscamos en las riquezas cosas que debemos encontrar en Dios, vamos a dejar de buscar Su Palabra, caeremos en la tentación y experimentaremos muchas tristezas.

Es muy fácil caer en estos pensamientos erróneos: que el dinero es nuestra seguridad, nuestro proveedor y nuestro pacificador. Muchas personas convierten sus extractos bancarios y sus posesiones en su identidad. Pero las riquezas son engañosas. Cuando empezamos a buscar que el dinero nos dé la felicidad y nos muestre el amor, nunca es suficiente. Y eso es lo que hace Satanás; se infiltra y te recuerda silenciosamente que tu auto no es lo suficientemente nuevo y tu casa no es lo suficientemente grande. Trata de hacerte olvidar que Jesús es tu proveedor y tu seguridad, y que sin Él, esas cosas no existen.

Antes de que empieces a sentirte mal por tener un auto nuevo o una casa bonita, déjame decir esto: no hay nada de malo en tener un buen resultado al mantener a tu familia o al encontrar el éxito en una carrera. La palabra riquezas significa una abundancia de posesiones terrenales. Entonces, lo que el versículo dice es que si confías, deseas y amas la abundancia de cosas, la Palabra de Dios se ahogará en tu vida y no darás fruto. Sin embargo, Dios diseñó Su Palabra para que dé fruto en aquellos que la reciben. Y cuando permites que Él sea tu fuente, te dispones para recibir Su Palabra.

Oración

Señor, gracias porque Tú eres mi proveedor. Perdóname por poner mi confianza en cualquier cosa que no seas Tú. Mis posesiones terrenales desaparecerán cuando muera, pero Tu provisión dura para siempre. Pondré toda mi confianza en Ti. En el nombre de Jesús, amén.

Versículo para memorizar

Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo. Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes. 1Pedro 5:6–7