Mateo 26:1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16
Mateo 26:1 NVI
Después de exponer todas estas cosas, Jesús dijo a sus discípulos
Mateo 26:2 NVI
«Como ya saben, faltan dos días para la Pascua y el Hijo del hombre será entregado para que lo crucifiquen».
Mateo 26:3 NVI
Se reunieron entonces los jefes de los sacerdotes y los líderes religiosos del pueblo en el palacio de Caifás, el sumo sacerdote
Mateo 26:4 NVI
y con artimañas buscaban cómo arrestar a Jesús para matarlo.
Mateo 26:5 NVI
«Pero no durante la fiesta —decían—, no sea que se amotine el pueblo».
Mateo 26:6 NVI
Estando Jesús en Betania, en casa de Simón, que había tenido una enfermedad en su piel
Mateo 26:7 NVI
se acercó una mujer con un frasco de alabastro lleno de un perfume muy caro, y lo derramó sobre la cabeza de Jesús mientras él estaba sentado a la mesa.
Mateo 26:8 NVI
Al ver esto, los discípulos se indignaron. —¿Para qué este desperdicio? —dijeron—.
Mateo 26:9 NVI
Podía haberse vendido este perfume por mucho dinero para dárselo a los pobres.
Mateo 26:10 NVI
Consciente de ello, Jesús dijo: —¿Por qué molestan a esta mujer? Ella ha hecho una obra hermosa conmigo.
Mateo 26:11 NVI
A los pobres siempre los tendrán con ustedes, pero a mí no me van a tener siempre.
Mateo 26:12 NVI
Al derramar ella este perfume sobre mi cuerpo, lo hizo a fin de prepararme para la sepultura.
Mateo 26:13 NVI
Les aseguro que en cualquier parte del mundo donde se predique este evangelio, se contará también, en memoria de esta mujer, lo que ella hizo.
Mateo 26:14 NVI
Uno de los doce, el que se llamaba Judas Iscariote, fue a los jefes de los sacerdotes.
Mateo 26:15 NVI
—¿Cuánto me dan y yo les entrego a Jesús? —propuso. Decidieron pagarle treinta monedas de plata.
Mateo 26:16 NVI
Y desde entonces Judas buscaba una oportunidad para entregarlo.