Convierte tus preocupaciones en oraciones

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. (Filipenses 4:6 NVI)

Hay tantas cosas hoy que nos pueden preocupar. Están las preocupaciones del mundo. Están las preocupaciones en nuestro propio país, incluida la amenaza del terrorismo y la amenaza de Corea del Norte. Luego están las preocupaciones personales, como las preocupaciones de salud y las preocupaciones familiares.

Parece que las preocupaciones siempre están ahí, siempre acercándose a nosotros. Pero la preocupación no es productiva. De hecho, es una falta de confianza en Dios. La palabra "preocupación" proviene de un término en inglés antiguo que significa "estrangular" o "estrangular". Eso es lo que hace la preocupación. Nos ahoga. La preocupación no vacía el mañana de su pena; se vacía hoy de su fuerza.

La investigación médica moderna ha demostrado que la preocupación acaba con nuestra resistencia a las enfermedades. En realidad, enferma el sistema nervioso y, más específicamente, descompone los órganos digestivos y el corazón. De hecho, del 79 al 90 por ciento de todas las visitas a los médicos de atención primaria están relacionadas con el estrés.

Filipenses nos dice: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias; y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (4:6–7 nkjv).

Necesitamos convertir nuestras preocupaciones en oración. Eso requiere desarrollar un reflejo condicionado. Todos tenemos reflejos naturales, como cuando tocamos algo caliente e inmediatamente retrocedemos. Luego hay un reflejo condicionado, algo que se vuelve natural después de haberlo hecho tantas veces. Por ejemplo, ponerse de pie durante el himno nacional o colocar la mano sobre el corazón durante el Juramento a la bandera es un reflejo condicionado.

No podemos controlar nuestro universo, por mucho que lo intentemos, pero ciertamente podemos orar al respecto. La próxima vez que sienta la tentación de preocuparse, ore en su lugar. Convierte tus preocupaciones en oraciones.

Copyright © 2017 por Harvest Ministries. Todos los derechos reservados.