El Fin Del VacíoMuestra

Gracias por dejarme acompañarte en este tramo del camino, y por permitir que estas palabras encuentren un lugar en tu historia.

Por muchos años, pensé que estaba perdida, que mi historia no tenía sentido. Pero hoy sé que soy una carta viva, escrita por el Espíritu de Dios, como dice 2 Corintios 3:2–3. Y tú también lo serás.

Cuando escribí estas palabras, lo hice recordando mis propias páginas en blanco, esos vacíos en mi interior, capítulos que no tenían sentido, renglones torcidos que no podía enderezar. Hubo un tiempo en que quise cerrar el libro de mi vida, rendirme para siempre y no continuar escribiendo nada más. Pero Dios me mostró una verdad que cambió mi historia: Él no deja espacios vacíos. Y no hace nada sin propósito.

Dios escribió sobre lo que parecía un error. Transformó marcas de dolor en lecciones de vida. Y ahora, todo esto se convirtió en herramientas para ayudar a otros a encontrar sentido en medio de su propio vacío. Esa es la verdadera historia de mi vida.

En Dios, no se pierde, ¡se aprende! Hace mucho tiempo, esta verdad se impregnó en mi corazón, y entendí que cada herida, cada pérdida, cada dolor profundo que viví fueron parte de una historia con sentido. Aprendí del dolor y, al atravesar cada proceso, Dios me equipó para el propósito. Fui sanada para sanar, liberada para liberar. Ninguna de las situaciones que viví fueron una pérdida en Dios. Mi vacío fue llenado con Su amor, mis heridas sanadas con Su ungüento, y mi corazón fue restaurado para amar con pasión. Y eso mismo es lo que Él también hará contigo.

En medio de todo lo que estás viviendo, tu vida sigue siendo escrita por las manos del Autor de la vida. Aquel que te amó aun antes de que tomaras tu primer aliento, y que sigue y seguirá escribiendo con paciencia y amor hasta que cada línea de tu vida revele Su gloria en ti.

Tal vez comenzaste este devocional sintiendo un vacío en el alma. Pero si algo deseo con todo mi corazón es que lo termines sabiendo esta gran verdad: No estás sola. Tu vida sí tiene sentido. Y el fin del vacío… es solo el inicio de lo que Dios quiere hacer contigo.

Mientras lees esta carta de mi vida, quiero que recuerdes que la tuya no es un borrador a medio hacer. Tu vida, así como la mía, es una carta que Dios está escribiendo, con propósito eterno. Tal vez pienses que todo fue un fracaso, pero no se contará como fracaso si lo que te sucedió te acercó más a Dios y te equipó para el propósito.

Todas tus vivencias están siendo escritas en lo profundo de tu ser: en el corazón. Y la carta de tu vida será leída por todo aquel que se cruce en tu camino.

Ahora, quiero proponerte algo; este es mi reto para ti:

• Comienza a agradecer por todo lo que Dios ya hizo en ti. La gratitud por lo que hizo ayer abre la puerta a la esperanza de lo que hará mañana.

• No te avergüences de tus capítulos pasados, ellos también hablan de Su gracia; por tanto, conviértelos en poderosas armas para hablar del Señor a otros.

• Vive en plenitud. Porque la tienes en Jesús.

• Y sigue escribiendo la carta de tu vida con Dios. Cada día, al despertar, Él te estará esperando para contar una nueva historia con las páginas de tu vida.

Para cerrar este devocional, hoy quiero orar por ti.

Señor Jesús, te presento la vida de la persona que está leyendo estas líneas porque de tu mano ha llegado hasta aquí. Tú conoces su historia, sus silencios, sus desafíos, sus heridas y su vacío, pero también conoces su deseo de llenarse de ti. Te doy gracias por cada página vacía que estás empezando a escribir.

Gracias porque su vida no es un borrador, sino una carta que estás escribiendo con tu amor, con tu Espíritu y con propósito eterno. Te pido que cada vez que le duela una pérdida, le recuerdes que lo que parece un final es solo el inicio de algo nuevo contigo. Que le muestres que su historia tiene sentido, que sus heridas pueden sanar, y que su pasado no invalida lo que a futuro Tú quieres hacer.

Llena cada rincón de su alma con Tu Presencia. Dale fuerza para caminar en propósito, valentía para soltar lo que no viene de ti y fe para creer que lo mejor está por venir.

Haz de su vida un testimonio vivo, una carta que otros puedan leer y puedan ver cuán grande eres Tú.

En el nombre de Jesús,

Amén.

Cada vez que dudes de tu valor, cada vez que el enemigo te diga que tu historia no vale la pena, vuelve a leer lo que Dios ya escribió. Vuelve a declarar lo que Él ya hizo en ti. Vuelve a confiar en que todavía hay mucho por escribir porque lo mejor siempre está por venir.

Tu vida no termina en el vacío.

Tu historia continúa... con propósito eterno.

Con amor,

Ana.

Este Plan Bíblico fue solo el comienzo. Descubre más en el libro El fin del vacío y permite que Dios llene cada área de tu vida. Encuéntralo aquí: renacereditorial.com/elfindelvacio