El Fin Del VacíoMuestra

¿Cuántas veces has admirado a David, “el hombre conforme al corazón de Dios”? Es fácil ver su legado espiritual, sus salmos y su fe. Pero, ¿qué hay de su historia más oscura?

David adulteró con una mujer casada, la embarazó y, para ocultar su pecado, mandó matar al esposo. Luego, como si nada hubiera sucedido, se casó con ella, aparentando hacer una obra de compasión.

Parecía que nadie lo había visto, pero Dios lo vio todo. Y declaró: “Esto que David ha hecho ha sido desagradable ante los ojos de Jehová”.

¿Alguna vez pensaste que, así como tú y como yo, también los grandes hombres o mujeres de Dios, aquellos que admiramos, aquellos que hoy nos inspiran a ser una mejor versión de nosotros mismos, también tuvieron su momento de debilidad, su caída o su rebelión?

No podemos celebrar el pecado y debemos entender que lo que David hizo estuvo mal, muy mal.

Pero este pasaje, Dios no lo dejó ahí para descalificar o avergonzar a David. Dios permitió que este episodio de su vida se escribiera para recordarnos que incluso cuando fallamos, pecamos o decidimos caminar de espaldas a Dios, Él puede perdonarnos y restaurarnos.

Muchas creen que sus errores las han descalificado para siempre. Y tal vez piensas que eso pasó con David, o con cualquier otro personaje bíblico, porque ellos eran diferentes a nosotras.

Quiero decirte que pensar así es un error.

Yo no soy David, pero así como él, cometí muchos errores. Tuve una rebelión abierta contra Dios y decidí vivir de espaldas a todo lo que, desde niña, me habían enseñado como la verdad de Dios.

Adulteré, conspiré, mentí, aborté, manipulé, toqué el ocultismo, las drogas, el alcohol… y aun así, Dios me miró, y con misericordia eterna me recogió. ¿Sabes por qué? Porque lo único que Dios espera que hagas cuando caes, es que reconozcas tu error y te arrepientas de corazón. El resto lo hará Él, porque Él es quien pondrá el poder. Así como David, yo también me arrepentí, clamé a Dios por perdón y salvación, y Él enderezó mi vida.

A pesar de todo lo que David hizo, al final de sus días, Dios lo llamó “hombre conforme a Su corazón”.

Esto nos deja saber que aún estamos a tiempo para arrepentirnos de cualquier pecado y ser restauradas por Dios.

APLICACIÓN PERSONAL

Tal vez hoy sientes que no hay esperanza, que has ido demasiado lejos. Pero no solo la historia de David, sino también mi propia historia grita con fuerza:

¡No es tarde! ¡Dios todavía tiene una salida!

Dios no te juzga por haberte desviado del camino que Él tenía para ti, sino por lo que decides hacer después de haberte equivocado. ¿Vas a continuar en el error o vas a cambiar de dirección?

DESAFÍO DEL DÍA

¿Estás dispuesta, aunque duela, a dejarte trabajar por Dios y después ser una poderosa herramienta en Sus manos? Si hoy no tuviéramos el testimonio de David, no sabríamos de lo que Dios es capaz de hacer con una persona que comete una rebelión pero luego sabe pedir perdón.

Así como el testimonio de David es una bendición para ti, tu testimonio es un arma poderosa contra la mentira y la desesperanza en el corazón de otra persona hoy. ¿Estás dispuesta a permitir que Dios use tus cicatrices para inspirar a otros, mostrando que sí se puede sanar, que sí se puede volver a empezar?

Cada una de mis cicatrices habla de lo que Dios puede hacer, si tú te rindes ante Él. Permite hoy que Él use tus cicatrices para inspirar a otros.

ORACIÓN

Señor, reconozco que he fallado muchas veces. Pero hoy decido no quedarme en el suelo, no quedarme en el pecado o en el error. Sé que me puedes perdonar, y me arrepiento de corazón de toda transgresión. Me dejo trabajar por ti. Pule mi corazón. Hazme brillar con tu luz. Que mis cicatrices cuenten la historia de tu redención y puedan llevar esperanza a otros.

En el nombre de Jesús, amén.