Dios Está en ControlMuestra

Día 11: Construyendo Confianza a través de la Relación

Una relación con Dios no es una teoría teológica. Es una experiencia diaria de fidelidad.

“Confía en el Señor y haz el bien;
establécete en la tierra y mantente fiel.
Deléitate en el Señor
y él te concederá los deseos de tu corazón" (Salmo 37:3-5 NVI).

Un hijo le preguntó a su madre: “Mamá, ¿cómo sabes que puedes confiar en papá?”. Ella sonrió porque la respuesta era tan obvia para ella, pero le tomó un momento expresarla con palabras. “Porque lo he visto cumplir sus promesas durante dieciocho años de matrimonio. He visto su carácter puesto a prueba, y nunca me ha decepcionado".

Así es como funciona la confianza en las relaciones. Crece a través de experiencias compartidas, lealtad probada y fidelidad demostrada con el tiempo. Nuestra relación con Dios sigue un patrón hermoso similar. La oración se convierte en conversación, la lectura de la Biblia en correspondencia personal y los desafíos de la vida en oportunidades para experimentar la fidelidad de Dios de primera mano.

No basta con estudiar los atributos de Dios como si estuviéramos estudiando a fondo para un examen de teología. La confianza se desarrolla a través de la experiencia personal.

Observa cómo la confianza crece en las relaciones humanas. Comienza con pequeños actos de confiabilidad: cumplir promesas, estar presente cuando se espera, mostrar interés en las dificultades. Con el tiempo, estas experiencias fortalecen la confianza en el carácter de una persona. Nuestra relación con Dios sigue un patrón similar.

Dios nos invita a este proceso de construir confianza. No exige una fe ciega, sino que ofrece innumerables oportunidades para probar su fidelidad en los asuntos pequeños antes de que confiemos en él en los más importantes. Cada oración contestada, cada provisión, cada consuelo en el dolor, añade otra capa a nuestra confianza en su carácter.

La hermosa realidad es que Dios nunca falla en estas pruebas. Nunca rompió una promesa, nunca actuó en contra de su naturaleza, nunca fue infiel a quienes lo buscan. Este historial perfecto fortalece una confianza inquebrantable en su carácter.

Tu confianza en Dios no se construye con un gran salto, sino con mil pequeños pasos al ver su fidelidad.

Mi oración:

Padre, gracias por invitarme a una relación genuina contigo. Ayúdame a reconocer y recordar cómo has demostrado tu fidelidad en las cosas pequeñas, para que pueda confiar en ti en las grandes. Fortalece mi confianza experimentando personalmente tu bondad. Quiero conocerte a ti, no solo acerca de ti. En el nombre de Jesús, amén.

Preguntas para reflexionar:

1. ¿Qué experiencias específicas han fortalecido más tu confianza en el carácter de Dios?

2. ¿En qué área de tu vida te invita Dios a dar el siguiente paso de confianza basado en su fidelidad demostrada?