Dios Está en ControlMuestra

Día 12: Viviendo desde la Confianza que Ya Tenemos

“En ti confían los que conocen tu nombre,
porque tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan" (Salmo 9:10 NVI).

El objetivo no es alcanzar una confianza perfecta, sino vivir desde la confianza que ya tenemos en el carácter de Dios. Muchos cristianos se agotan intentando “fabricar” más fe, cuando en realidad deberían simplemente actuar conforme a la fe que ya tienen.

David no escribió el Salmo 9:10 como un principiante inseguro. Habló desde una confianza madura, lo suficientemente sólida como para animar a otros. Esto muestra cómo evoluciona la confianza en el carácter de Dios: de una fe personal a una fe que sostiene y fortalece a quienes nos rodean, como fue el caso de David, cuya confianza en Dios nos inspira hasta el día de hoy.

La confianza, entonces, no depende de sentimientos, sino de cimientos. No necesitas sentirte seguro para actuar con confianza. La seguridad no proviene de las circunstancias, sino de quién es Dios: inmutable, fiel y bueno. En lugar de cuestionar repetidamente si Dios es confiable, puedes avanzar asumiendo que sí lo es. Esto no es arrogancia, sino confianza cimentada en su carácter. Hay una gran diferencia.

Quizás estés enfrentando dificultades financieras. Puedes elegir entre semanas de ansiedad, dudando si Dios proveerá, o puedes elegir confiar en Él, actuar con sabiduría y avanzar con paz, recordando cuántas veces has experimentado su provisión.

Vivir de esta manera no solo transforma nuestro camino, sino que también nos convierte en modelos para otros. Nuestra confianza establecida inspira y anima a quienes aún están aprendiendo a confiar. Como David, podemos afirmar: «En ti confían los que conocen tu nombre».

Y el ciclo continúa: a medida que nuestras vidas demuestran la fidelidad de Dios, la fe de los demás se fortalece.

Mi oración:

Padre, quiero dejar de intentar generar más confianza y aprender a vivir según la confianza que ya me has dado. Que mi vida sea un testimonio de tu fidelidad y un estímulo para los demás. Tú eres confiable, siempre. Ayúdame a vivir de una manera que deje esto claro a todos los que me rodean. En el nombre de Jesús, amén.

Preguntas para reflexionar:

1. ¿Has estado intentando cultivar más confianza o aprendiendo a vivir según la confianza que ya tienes en Dios?

2. ¿Cómo puede tu confianza en el carácter de Dios inspirar y animar a otros?