Devocional diario de Rick WarrenMuestra

Suelta la ira apropiadamente

Hay modos constructivos y modos dañinos de soltar tu ira. Por ejemplo: a veces preferimos permanecer enojados que admitir nuestro enojo. La Biblia dice que estar enojado y no admitir que lo estás es mentir. Y eso es pecado.

Mantén en mente que el enojo no siempre es malo. Sólo se convierte en algo malo cuando lo sueltas de un modo inapropiado o destructivo. Mi experiencia como pastor es que muchos de nosotros aprendimos a expresar nuestro enojo cuando teníamos dos o tres años y todavía, de adultos, estamos expresándolo del mismo. No hay necesidad de decir que eso simplemente no funciona.

Muchos expresan su ira de tal modo que terminan más alejados de su propósito de lo que estaban antes de enojarse. El enojo expresado inapropiadamente tiene el efecto opuesto a producir los resultados que se pretendían. Explotando nunca produce cambio duradero, solamente produce más enojo y división. Lo sabemos, pero, aún así, lo hacemos. Eso no produce cambio duradero.

Algo para mantener en mente es que la ira nunca es realmente la raíz del problema. Generalmente es un síntoma que revela que está sucediendo una de tres cosas: herida, miedo o frustración. Esta son la tres cosas que nos hacen enojar, por eso siempre debemos detenernos y relajarnos. Eso nos permite pensar.

¿Estoy herido? ¿Tengo miedo? ¿Me siento amenazado o temo que perderé valor? O ¿estoy frustrado?

Entender la fuente de tu enojo te ayudará a responder de una manera apropiada para que "si se enojan, no pequen" (Efesios 4:26 NVI).