JEREMÍAS 5
5
El pecado de Jerusalén
1El Señor dice:
“Recorred las calles de Jerusalén,
mirad bien, buscad por las plazas,
a ver si encontráis a alguien
que actúe con justicia,
que quiera ser sincero.#5.1 Cf. Sal 12.1.
Si lo encontráis, perdonaré a Jerusalén.#5.1 Gn 18.23-33.
2Hay quienes juran por la vida del Señor,
pero juran en falso.”
3Señor, lo que tú buscas es gente sincera.
Los castigaste, pero no les dolió;
los arruinaste, pero no quisieron aprender.
Tercos, más duros que la piedra,
no quisieron volver al buen camino.#5.3 Véase Jer 2.23 nota a; cf. Am 4.6-11.
4Yo pensé:
Sólo los pobres#5.4 Los pobres: es decir, la gente ignorante, que no había tenido la oportunidad de ser instruida en el conocimiento de la Ley. se comportan como tontos,
porque no saben lo que el Señor quiere,
lo que su Dios ordena.
5Me dirigiré a la gente importante#5.5 Gente importante: los sectores sociales más instruidos, que tenían además la responsabilidad de dar buen ejemplo. Véase Jer 2.8 nota i.
y les hablaré.
Ellos, sin duda, sabrán lo que el Señor quiere,
lo que su Dios ordena.
Pero todos se habían rebelado contra Dios,
se habían negado a obedecerle.
6Por eso saldrán leones de la selva y los matarán,
los lobos del desierto los despedazarán,
los leopardos los atacarán junto a sus ciudades
y los harán pedazos cuando salgan;
porque han cometido muchos pecados,
numerosas traiciones.
7El Señor dice:
“¿Cómo voy a perdonarte todo esto?
Tus hijos me han abandonado
y juran por dioses que no son dioses.
Les di comida en abundancia,
pero me fueron infieles
y en masa se entregaron a la prostitución.#5.7 Se entregaron a la prostitución: Véase Jer 2.20 nota w.
8Como caballos sementales en celo,
relinchan por la mujer de su prójimo.
9¿Y no los he de castigar por estas cosas?
¿No he de dar su merecido a un pueblo así?
10¡Que sus enemigos entren y arrasen la viña,
pero que no la destruyan del todo!
¡Que le arranquen los sarmientos,
porque ya no es mi viña!#5.10 Acerca de la viña como imagen del pueblo de Dios, cf. Jer 2.21, y véase Is 5.1-7 n.
11¡Israel y Judá me han traicionado!
Yo, el Señor, lo afirmo.”
Anuncio del castigo
12Israel y Judá han negado al Señor.
Han dicho: “Dios no cuenta;#5.12 Dios no cuenta: ateísmo práctico. Véase Sal 14.1 n., y cf. Sof 1.12.
nada malo va a pasarnos;
no tendremos ni guerra ni hambre.”
13-14Los profetas son puro viento,#5.13-14 La misma palabra hebrea, según el contexto, puede significar espíritu o viento. Los falsos profetas pretendían estar llenos del espíritu del Señor; pero, en realidad, sus palabras no eran más que viento, porque tenían su origen en ellos mismos y no en la palabra de Dios.
ya que la palabra del Señor no está en ellos.
Pues bien, esto me ha dicho
el Señor, el Dios todopoderoso:
“Por decir ellos esas cosas,
esto es lo que les sucederá:
Voy a hacer que mis palabras
sean en tu boca como fuego,
y que el pueblo sea como leña,
y que ese fuego lo devore.”
15El Señor afirma:
“Israel, voy a traer contra ti
un pueblo que viene de lejos,#5.15 Un pueblo que viene de lejos: Véase Jer 1.14-15 n.
un pueblo fuerte y muy antiguo.
Tú no conoces su idioma
ni entiendes lo que dicen.
16Todos ellos son guerreros valientes
y sus armas significan la muerte.
17Se comerán tus cosechas, tu pan,
y aun devorarán a tus hijos y a tus hijas.
Se comerán tus ovejas, tus reses,
tus viñas y tus higueras.
Con sus armas destruirán
las ciudades fortificadas en las que tú confías.”#5.15-17 Cf. Dt 28.49-52; Bar 4.15.
18El Señor afirma: “En aquel tiempo, sin embargo, no los destruiré por completo.#5.18 No los destruiré por completo: Véase Jer 4.27 n. 19Cuando te pregunten: ‘¿Por qué nos hizo todo esto el Señor nuestro Dios?’, respóndeles: ‘Así como abandonasteis al Señor y os pusisteis a servir a dioses extranjeros en vuestra propia tierra, así también tendréis que servir a gente extranjera en una tierra ajena.’#5.18-19 Estos vs. en prosa presuponen la experiencia del exilio. Véase Dt 29.24-28 n.
Advertencia a Israel
20“Avisad al reino de Israel
y decidle a Judá:
21‘Oye esto, pueblo tonto y estúpido,
que tiene ojos y no ve,
que tiene oídos y no oye.#5.21 Is 6.9-10; Ez 12.2; Mc 8.18.
22Yo, el Señor, digo:
¿Es que no me teméis?
¿Es que no tembláis delante de mí?
Yo puse la playa como límite del mar,
un límite que el mar no puede pasar.
Sus olas se agitan impotentes
y rugen, pero no pueden pasarlo.
23Vosotros tenéis un corazón terco y rebelde;
me abandonasteis y os fuisteis.#5.22-23 Las olas del mar, símbolo del caos anterior a la creación, se mantienen dentro de los límites que el Señor les ha fijado (cf. Job 38.8-11; Sal 104.6-9). El pueblo de Dios, por el contrario, ha llevado su rebeldía hasta el extremo de sobrepasar todos los límites (cf. Jer 2.20; 8.7).
24No reflexionasteis ni dijisteis:
Respetemos al Señor nuestro Dios,
que a su debido tiempo nos da la lluvia
en otoño y primavera,#5.24 Sobre las lluvias del otoño y la primavera, véase Jer 3.3 nota d.
y nos reserva el tiempo señalado para la cosecha.
25Pero vuestro pecado ha cambiado las cosas
y no podéis disfrutar de tales beneficios.
26Porque hay en mi pueblo hombres malos
que acechan como cazadores de pájaros,
que ponen trampas para atrapar a los demás.
27Llenan sus casas de objetos robados
como se llenan de pájaros las jaulas.
Así se hicieron poderosos y ricos,
28y están gordos y bien alimentados.
Su maldad no tiene límites:
no hacen justicia al huérfano
ni reconocen el derecho de los pobres.#5.28 Véase Dt 10.18-19 n.
29¿No los he de castigar por estas cosas?
¿No he de dar su merecido a gente así?
Yo, el Señor, lo afirmo.
30‘Algo terrible, espantoso,
está pasando en este país.#5.30 Jer 23.13-14.
31Lo que anuncian los profetas es mentira;
los sacerdotes gobiernan a su antojo,
¡y mi pueblo así lo quiere!
Pero, ¿qué haréis cuando llegue el fin?’ ”#5.31 Véase Jer 2.8 nota i.
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Sociedad Bíblica de España
Jeremías 5
5
La corrupción de Jerusalén y de Judá
1«Recorred las calles de Jerusalén,
observad con cuidado,
buscad por las plazas.
Si encontráis una sola persona
que practique la justicia y busque la verdad,
yo perdonaré a esta ciudad.
2Aunque juran: “Por la vida del Señor”,
de hecho juran en falso».
3 Señor, ¿acaso no buscan tus ojos la verdad?
Golpeaste a esa gente, y no les dolió,
acabaste con ellos, y no quisieron ser corregidos.
Endurecieron su rostro más que una roca,
y no quisieron arrepentirse.
4Entonces pensé: «Así es la plebe;
siempre actúan como necios,
porque no conocen el camino del Señor
ni las demandas de su Dios.
5Me dirigiré a los líderes
y les hablaré;
porque ellos sí conocen el camino del Señor
y las demandas de su Dios».
Pero ellos también quebrantaron el yugo
y rompieron las ataduras.
6Por eso los herirá el león de la selva
y los despedazará el lobo del desierto;
frente a sus ciudades está el leopardo al acecho,
y todo el que salga de ellas será despedazado,
pues son muchas sus rebeliones
y numerosas sus infidelidades.
7«¿Por qué habré de perdonarte?
Tus hijos me han abandonado,
han jurado por los que no son dioses.
Cuando suplí sus necesidades,
ellos cometieron adulterio
y en tropel se volcaron a los prostíbulos.
8Son como caballos bien cebados y fogosos;
todos relinchan por la mujer ajena.
9¿Y no los he de castigar por esto?
—afirma el Señor—.
¿Acaso no he de vengarme de semejante nación?
10»Subid por los surcos de esta viña
y arrasadla, pero no acabéis con ella.
Arrancadle sus sarmientos,
porque no son del Señor.
11Pues las casas de Israel y de Judá
me han sido más que infieles»,
afirma el Señor.
12Ellas han negado al Señor,
y hasta dicen: «¡Dios no existe!
Ningún mal vendrá sobre nosotros,
no sufriremos guerras ni hambre».
13Los profetas son como el viento:
la palabra del Señor#5:13 del Señor (LXX); TM no incluye esta frase. no está en ellos.
¡Que así les suceda!
14Por eso, así dice el Señor,
el Dios Todopoderoso:
«Por cuanto el pueblo ha hablado así,
mis palabras serán como fuego en tu boca,
y este pueblo, como un montón de leña.
Ese fuego los consumirá.
15»Pueblo de Israel,
voy a traer contra vosotros una nación lejana,
una nación fuerte y antigua,
una nación cuyo idioma no conocéis,
cuyo lenguaje no entendéis
—afirma el Señor—.
16Todos ellos son guerreros valientes;
sus flechas presagian la muerte.
17Acabarán con tu cosecha y tu alimento,
devorarán a tus hijos e hijas,
matarán a tus rebaños y ganados,
y destruirán tus viñas y tus higueras.
Tus ciudades fortificadas,
en las que pusiste tu confianza,
serán pasadas a filo de espada.
18»Sin embargo, aun en aquellos días no os destruiré por completo —afirma el Señor—. 19Y, cuando te pregunten: “¿Por qué el Señor, nuestro Dios, nos ha hecho todo esto?”, tú les responderás: “Así como vosotros me habéis abandonado y en vuestra propia tierra habéis servido a dioses extranjeros, así también en tierra extraña serviréis a gente extranjera”.
20»Anunciad esto entre los descendientes de Jacob
y proclamadlo en Judá:
21Escucha esto, pueblo necio e insensato,
que tiene ojos, pero no ve,
que tiene oídos, pero no oye.
22¿Acaso has dejado de temerme?
—afirma el Señor—.
¿No debieras temblar ante mí?
Yo puse la arena como límite del mar,
como frontera perpetua e infranqueable.
Aunque se agiten sus olas,
no podrán prevalecer;
aunque bramen,
no franquearán esa frontera.
23Pero este pueblo tiene un corazón terco y rebelde;
se ha descarriado, ha sido infiel.
24No reflexionan ni dicen:
“Temamos al Señor, nuestro Dios,
quien a su debido tiempo nos da lluvia,
las lluvias de otoño y primavera,
y nos asegura las semanas señaladas
para la cosecha”.
25Vuestras iniquidades
os han quitado estos beneficios;
vuestros pecados os han privado
de estas bendiciones.
26Sin duda, en mi pueblo hay malvados,
que están al acecho como cazadores de aves,
que ponen trampas para atrapar a la gente.
27Como jaulas llenas de pájaros,
llenas de engaño están sus casas;
por eso se han vuelto poderosos y ricos,
28gordos y pedantes.
Sus obras de maldad no tienen límite:
no hacen justicia al huérfano,
para que su causa prospere;
ni defienden tampoco
el derecho de los menesterosos.
29¿Y no los he de castigar por esto?
¿No he de vengarme de semejante nación?
—afirma el Señor—.
30»Algo espantoso y terrible
ha ocurrido en este país.
31Los profetas profieren mentiras,
los sacerdotes gobiernan a su antojo,
¡y mi pueblo tan campante!
Pero ¿qué vais a hacer vosotros
cuando todo haya terminado?
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