YouVersion Logo
Search Icon

Sabiduría 2

2
1Razonando equivocadamente se han dicho:#2.1 En el discurso de los malos pueden verse tres partes: negación de la inmortalidad (vv. 1-5); como consecuencia, los únicos valores son el placer y la fuerza (vv. 6-11); persecución de los que no piensan como ellos (vv. 12-20).
«Corta y triste es nuestra vida;
la muerte del hombre es inevitable,
y no se sabe de nadie que haya vuelto de la tumba.#2.1-3 Cf. Job 7.9-10; 14.1-2; Sal 39.4-6(5-7); Ec 6.12.
2Nacimos casualmente,#2.2 Se atribuye a los malos una concepción materialista de la vida, que niega la acción creadora de Dios; piensan que todo termina con la muerte. y luego pasaremos,
como si no hubiéramos existido,
pues nuestro aliento es como el humo,
y el pensamiento, como una chispa
alimentada por el latido de nuestro corazón.
3Cuando esta chispa se apague,
el cuerpo se convertirá en ceniza,
y el espíritu se desvanecerá como aire ligero.
4Con el paso del tiempo,
nuestro nombre caerá en el olvido,#2.4 No quedará ni siquiera su recuerdo, una de las formas de inmortalidad reconocida por algunos.
y nadie recordará nuestras acciones.#2.4 Ec 1.11; 2.16; 9.5-6.
Nuestra vida pasará como el rastro de una nube
y se desvanecerá como neblina
perseguida por los rayos del sol
y vencida por su calor.
5Nuestra vida es como el paso de una sombra;
cuando llega nuestro fin, no podemos regresar.
El destino del hombre queda sellado;
nadie puede ya volver atrás.
6¡Por eso, disfrutemos de los bienes presentes#2.6 Cf. Ec 2.24; 9.7-8; Is 22.13; 1 Co 15.32.
y gocemos de este mundo
con todo el ardor de la juventud!
7¡Embriaguémonos del vino más costoso y de perfumes!
¡No dejemos pasar las flores de la primavera!
8Coronémonos de rosas antes de que se marchiten;
9que en nuestras orgías no falte ninguno de nosotros.
Dejemos por todas partes huellas de nuestra alegría:
¡eso es vivir; para eso estamos aquí!
10¡Aplastemos al hombre honrado que no tiene dinero;
no tengamos compasión de la viuda,
ni respetemos las canas del anciano!#2.10 Los malos, al negar el respeto y la ayuda al pobre, a la viuda y al anciano, desconocen las manifestaciones típicas de la rectitud (cf. Lv 19.32; Dt 24.10-21).
11Que la fuerza sea para nosotros la norma de la justicia,
ya que la debilidad no sirve para nada.#2.11 Nótese el contraste con 12.16: para los malos, el poder se convierte en opresión del débil; para Dios, el poder es causa de su misericordia con todos.
12Pongamos trampas al bueno,#2.12 El término traducido aquí y en otros lugares del libro por bueno puede también traducirse por «justo» y designa al que vive rectamente tanto en sus relaciones con Dios (v. 13) como con el prójimo (v. 12). pues nos es molesto;
se opone a nuestras acciones,
nos reprocha que no cumplamos la ley
y nos echa en cara que no vivamos según la educación que recibimos.
13Dice que conoce a Dios,
y se llama a sí mismo hijo del Señor.#2.13 Hijo del Señor: cf. también v. 16 y véase Eclo 23.1 n.
14Es un reproche a nuestra manera de pensar;
su sola presencia nos molesta.
15Su vida es distinta a la de los demás,
y su proceder es diferente.
16Nos rechaza como a moneda falsa,
y se aparta de nuestra compañía
como si fuéramos impuros.
Dice que los buenos, al morir, son dichosos,#2.16 En el judaísmo tardío, especialmente en el helenístico, se fue abriendo paso cada vez más claramente la conciencia de que la fidelidad a Dios no podía quedar frustrada con la muerte. Después de su muerte, el bueno encuentra su felicidad en Dios (cf. 3.1-9; 5.4-5,15-16 y véase 1.15 n.). Esta idea se desarrollará plenamente en el NT (cf. Mt 25.31-46; Jn 11.25; 1 Ts 4.16-17).
y se siente orgulloso de tener a Dios por padre.
17Veamos si es cierto lo que dice
y comprobemos en qué va a parar su vida.
18Si el bueno es realmente hijo de Dios,
Dios lo ayudará y lo librará
de las manos de sus enemigos.
19Sometámoslo a insultos y torturas,
para conocer su paciencia
y comprobar su resistencia.
20Condenémoslo a una muerte deshonrosa,
pues, según dice, tendrá quien lo defienda.»#2.18-20 Cf. Sal 22.8(9); Is 50.7-9; Mt 27.43; y cf. también Ro 8.31.
Error de los malos
21Así piensan los malos, pero se equivocan;
su propia maldad los ha vuelto ciegos.
22No entienden los planes secretos de Dios,
ni esperan que una vida santa tenga recompensa;
no creen que los inocentes recibirán su premio.
23En verdad, Dios creó al hombre para que no muriera,
y lo hizo a imagen de su propio ser;#2.23 Gn 1.26-27. Habiendo sido creado a imagen de Dios, el ser humano está destinado a la vida. Cf. 1.13-15.
24sin embargo, por la envidia del diablo#2.24 La serpiente de Gn 3 se entendió como imagen del diablo. Cf. Ap 12.9.
entró la muerte en el mundo,#2.24 Cf. Gn 2.17; 3.17-19; Jn 8.44; Ro 5.12; Heb 2.14.
y la sufren los que del diablo son.#2.24 La muerte que afecta a los que del diablo son, es decir, a los malos, no es tanto la muerte física, cuanto la separación definitiva de Dios. Véase 1.11 n.

Currently Selected:

Sabiduría 2: DHH94I

Highlight

Share

Copy

None

Want to have your highlights saved across all your devices? Sign up or sign in

YouVersion uses cookies to personalize your experience. By using our website, you accept our use of cookies as described in our Privacy Policy