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MATEO 21

21
Jesús entra en Jerusalén#21.1-22 Los vs. 1-22 pueden entenderse como tres acciones simbólicas (o “parábolas dramatizadas”) de Jesús: su entrada en Jerusalén como Rey y Mesías (vs. 1-11); la purificación del templo, que simboliza su autoridad sobre el culto religioso judío (vs. 12-17), y la maldición de la higuera, que probablemente representa el juicio divino sobre los dirigentes de Israel que no habían aceptado la misión de Jesús (vs. 18-22). Cf. las acciones simbólicas de los profetas en pasajes como Is 8.1-4; Jer 13.1-11; Ez 4.1–5.4.
(Mc 11.1-11; Lc 19.28-40; Jn 12.12-19)
1Cerca ya de Jerusalén, cuando llegaron a Betfagé,#21.1 Betfagé: aldea cercana a Jerusalén, en el camino de Betania (véase 21.17 n.). al monte de los Olivos,#21.1 Monte de los Olivos: cerro al este de Jerusalén, aprox. a 1 km. de la ciudad (Hch 1.12). Jesús envió a dos de sus discípulos 2diciéndoles:
–Id a esa aldea y encontraréis una asna atada y un borriquillo con ella. Desatadla y traédmelos. 3Si alguien os dice algo, respondedle que el Señor los necesita#21.3 El Señor: o su amo (véase Mc 11.3 n.). Los necesita... devolverá: otra posible traducción: los necesita, y entonces él (es decir, el que objete) los dejará ir en seguida. (En Mc 11.3, los mejores mss. especifican que es Jesús quien promete devolver el animal.) y que en seguida los devolverá.
4Esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el profeta:
5“Decid a la ciudad de Sión:
‘Mira, tu Rey viene a ti,
humilde, montado en un asno,
en un borriquillo, cría de una bestia de carga.’ ”#21.5 Zac 9.9, citado como profecía del Mesías. Véase Mt 1.22 n. La doble mención del animal es típica del paralelismo sinónimo, una de las características de la poesía hebrea. En Mc y Lc se habla de un solo animal. Véase Mt 8.28 nota s.
6Los discípulos fueron e hicieron lo que Jesús les había mandado. 7Llevaron el asna y el borriquillo, los cubrieron con unas capas y Jesús montó. 8Había mucha gente, y unos tendían sus capas por el camino y otros tendían ramas que cortaban de los árboles.#21.8 Con estas manifestaciones aclamaban al rey mesiánico (cf. 2 R 9.13). La multitud se componía principalmente de peregrinos llegados de Galilea y otras regiones para celebrar la Pascua. 9Y los que iban delante y los que iban detrás gritaban:
–¡Hosana al Hijo del rey David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosana en las alturas!#21.9 ¡Hosana!: expresión hebrea que originalmente significaba ¡salva! y que llegó a usarse como grito de aclamación o alabanza. Cf. Sal 118.25-26.
10Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la ciudad se alborotó. Muchos preguntaban:
–¿Quién es este?
11Y la gente contestaba:
–Es el profeta Jesús, el de Nazaret de Galilea.
Jesús purifica el templo
(Mc 11.15-19; Lc 19.45-48; Jn 2.13-22)
12Jesús entró en el templo y expulsó a todos los que allí estaban vendiendo y comprando. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas.#21.12 En el atrio exterior del templo, donde podían entrar los no judíos, había comerciantes que vendían animales para los sacrificios y cambiaban monedas extranjeras (consideradas impuras) por monedas de Tiro, que eran las únicas que se aceptaban como ofrendas o en pago del impuesto del templo (Mt 17.24 n.). Este negocio, legítimo en sí mismo, se prestaba a graves abusos (v. 13). 13Les dijo:
–En las Escrituras se dice: ‘Mi casa será casa de oración’,#21.13 Is 56.7. pero vosotros habéis hecho de ella una cueva de ladrones.#21.13 Jer 7.11.
14Se acercaron a Jesús en el templo los ciegos y los cojos, y él los sanó. 15Pero los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, al ver los milagros que hacía y al oir que los niños gritaban en el templo: “¡Gloria al Hijo del rey David!”, se indignaron 16y dijeron a Jesús:
–¿No oyes lo que están diciendo?
Jesús les contestó:
–Sí, lo oigo, ¿pero no habéis leído la Escritura que dice:
‘Con los cantos de los pequeños
y de los niños de pecho
has dispuesto tu alabanza’?#21.16 Sal 8.2 (gr.).
17Entonces los dejó, salió de la ciudad y se fue a Betania,#21.17 Betania: aldea situada a unos 3 km. al este de Jerusalén, en la ladera oriental del monte de los Olivos. donde pasó la noche.
La higuera estéril
(Mc 11.12-14, 20-26)
18Por la mañana, cuando Jesús volvía a la ciudad, sintió hambre. 19Vio una higuera junto al camino y se acercó a ella, pero no encontró más que hojas.#21.19 No encontró más que hojas: Véase Mc 11.13 n. Entonces dijo a la higuera:
–¡Nunca vuelvas a dar fruto!
Al instante se secó la higuera. 20Al ver esto, los discípulos se asombraron y preguntaron a Jesús:
–¿Cómo es que la higuera se ha secado al instante?
21Jesús les contestó:
–Os aseguro que, si tenéis fe y no dudáis, no solo podréis hacer lo que he hecho yo con la higuera, sino que aun si le decís a ese monte: ‘Quítate de ahí y arrójate al mar’, lo hará.#21.21 Respecto a la expresión proverbial referida, véase Mt 17.20 nota k; cf. también 1 Co 13.2. 22Y todo lo que al orar pidáis con fe, lo recibiréis.#21.22 Mt 7.7-11; 18.19; Jn 14.13-14; 15.7.
La autoridad de Jesús
(Mc 11.27-33; Lc 20.1-8)
23Jesús entró en el templo y, mientras estaba en él, enseñando, se le acercaron los jefes de los sacerdotes y los ancianos de los judíos y le preguntaron:
–¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Quién te ha dado tal autoridad?#21.23 La pregunta es motivada por las acciones de Jesús narradas en las secciones anteriores; véase 21.1-22 n.
24-25Jesús les contestó:
–Yo también os voy a hacer una pregunta: ¿Quién envió a Juan#21.24-25 Juan: el Bautista (Mt 3.1-12; Jn 1.6-28). a bautizar: Dios o los hombres? Si me respondéis, también yo os diré con qué autoridad hago estas cosas.
Ellos se pusieron a discutir unos con otros: “Si respondemos que le envió Dios, nos dirá: ‘Entonces, ¿por qué no le creísteis?’ 26Y si decimos que fueron los hombres, tenemos miedo de la gente, porque todos tienen a Juan por profeta.” 27Así que respondieron a Jesús:
–No lo sabemos.
Entonces él les contestó.
–Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.
Parábola de los dos hijos
28Jesús les preguntó:
–¿Qué os parece esto? Un hombre que tenía dos hijos le dijo a uno de ellos: ‘Hijo, ve hoy a trabajar a la viña.’ 29El hijo le contestó: ‘¡No quiero ir!’, pero después cambió de parecer y fue. 30Luego el padre se dirigió al otro y le dijo lo mismo. Este contestó: ‘Sí, señor, yo iré’, pero no fue. 31¿Cuál de los dos hizo lo que el padre quería?
–El primero –contestaron ellos.
Entonces Jesús les dijo:
–Os aseguro que los que cobran los impuestos para Roma, y las prostitutas, entrarán antes que vosotros en el reino de Dios. 32Porque Juan el Bautista vino a mostraros el camino de la justicia,#21.32 A mostraros el camino de la justicia: Véase Mt 3.15 n. y no le creísteis; en cambio, los cobradores de impuestos y las prostitutas sí le creyeron.#21.32 Lc 3.12; 7.29-30. Vosotros, aun después de ver todo eso, no cambiasteis de actitud ni le creísteis.
Parábola de los labradores malvados
(Mc 12.1-12; Lc 20.9-19)
33“Escuchad otra parábola: El dueño de una finca plantó una viña,#21.33 Era común representar a Israel con la imagen de una viña; cf. Is 5.1-7, que usa el mismo conjunto de imágenes. Jesús la desarrolló en forma de alegoría, que sus oyentes entendieron como alusiva a ellos mismos (v. 45). le puso una cerca, construyó un lagar#21.33 Construyó un lagar: un lager, o depósito, con frecuencia excavado en la roca, donde se exprimían las uvas. y levantó una torre#21.33 Torre: estructura de piedras, que servía para vigilar el viñedo. para vigilarla. Luego la arrendó a unos labradores#21.33 Labradores: campesinos que recibían en alquiler el terreno con la condición de entregar al dueño cierta parte del producto. y se fue de viaje. 34Llegado el tiempo de la vendimia, mandó unos criados a recibir de los labradores la parte de la cosecha que le correspondía. 35Pero los labradores echaron mano a los criados: golpearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon. 36El dueño envió otros criados, en mayor número que al principio; pero los labradores los trataron a todos del mismo modo.
37“Por último mandó a su propio hijo, pensando: ‘Sin duda, respetarán a mi hijo.’ 38Pero cuando vieron al hijo, los labradores se dijeron unos a otros: ‘Este es el heredero; matémoslo y nos quedaremos con la viña.’ 39Así que le echaron mano, lo sacaron de la viña y lo mataron.#21.39 La muerte del hijo fuera del viñedo parece aludir a la muerte de Jesús, que tuvo lugar fuera de Jerusalén. Cf. Heb 13.11-12 n.
40“Pues bien, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué creéis que hará con aquellos labradores?”
41Le contestaron:
–Matará sin compasión a esos malvados y dará la viña a otros labradores que le entreguen a su debido tiempo la parte de la cosecha que le corresponde.
42Jesús les dijo:
–¿Nunca habéis leído lo que dicen las Escrituras?:
‘La piedra que despreciaron los constructores
es ahora la piedra principal.
Esto lo ha hecho el Señor
y nosotros estamos maravillados.’#21.42 La cita es de Sal 118.22-23; véase Mc 12.10-11 n.
43“Por eso os digo que a vosotros se os quitará el reino, y se le dará a un pueblo que produzca los frutos debidos. 44[En cuanto a la piedra, el que caiga sobre ella se estrellará; y si la piedra cae sobre alguno, lo aplastará.]”
45Los jefes de los sacerdotes y los fariseos, al oir las parábolas que contaba Jesús, comprendieron que se refería a ellos. 46Quisieron entonces apresarle, pero no se atrevían, porque la gente tenía a Jesús por profeta.

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