San Mateo 13
13
VII. UN SERMÓN EN SIETE PARÁBOLAS#13.1-52 Tercer discurso principal de Jesús: siete parábolas sobre el reino de Dios (cap. 13); véase Introducción.
(13.1-52)
La parábola del sembrador
(Mc 4.1-9; Lc 8.4-8)
1Aquel mismo día salió Jesús de casa y se sentó a la orilla del lago. 2Como se reunió mucha gente, Jesús subió a una barca y se sentó,#13.2 Se sentó: Véase Mt 5.1 n.; Lc 5.1-3. mientras la gente se quedaba en la playa. 3Entonces se puso a hablarles de muchas cosas por medio de parábolas.#13.3 Parábolas: relatos, ejemplos o comparaciones empleados para impartir una enseñanza (véase Índice temático).
Les dijo: «Un sembrador salió a sembrar. 4Y al sembrar, una parte de la semilla cayó en el camino, y llegaron las aves y se la comieron. 5Otra parte cayó entre las piedras, donde no había mucha tierra; esa semilla brotó pronto, porque la tierra no era muy honda; 6pero el sol, al salir, la quemó, y como no tenía raíz, se secó.#13.5-6 En lugares pedregosos la semilla germina más rápidamente, ya que la tierra es poco profunda y absorbe más el calor del sol; sin embargo, esa misma falta de profundidad le impide echar buenas raíces. 7Otra parte de la semilla cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron. 8Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio buena cosecha; algunas espigas dieron cien granos por semilla, otras sesenta granos, y otras treinta. 9Los que tienen oídos, oigan.»
El porqué de las parábolas
(Mc 4.10-12; Lc 8.9-10)
10Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron por qué hablaba a la gente por medio de parábolas. 11Jesús les contestó: «A ustedes, Dios les da a conocer los secretos#13.11 Secretos: se trata de los designios de Dios, que ahora son revelados. Véase Designios secretos en el Índice temático. del reino de los cielos; pero a ellos no. 12Pues al que tiene, se le dará más, y tendrá bastante; pero al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará.#Mt 25.29; Mc 4.25; Lc 8.18; 19.26. 13Por eso les hablo por medio de parábolas; porque ellos miran, pero no ven; escuchan, pero no oyen ni entienden. 14Así, en el caso de ellos se cumple lo que dijo el profeta Isaías:
“Por más que escuchen, no entenderán,
por más que miren, no verán.
15Pues la mente de este pueblo está entorpecida,
tienen tapados los oídos
y han cerrado sus ojos,
para no ver ni oír,
para no entender ni volverse a mí,
para que yo no los sane.”#13.14-15 Is 6.9-10. Sobre el tema del cumplimiento de las profecías, véase Mt 1.22 n.
16»Pero dichosos ustedes, porque tienen ojos que ven y oídos que oyen. 17Les aseguro que muchos profetas y personas justas quisieron ver esto que ustedes ven, y no lo vieron; quisieron oír esto que ustedes oyen, y no lo oyeron.#13.16-17 Lc 10.23-24; Heb 11.13; 1 P 1.10-12.
Jesús explica la parábola del sembrador
(Mc 4.13-20; Lc 8.11-15)
18»Escuchen, pues, lo que quiere decir la parábola del sembrador: 19Los que oyen el mensaje del reino#13.19 Reino: es decir, el reino de Dios. y no lo entienden, son como la semilla que cayó en el camino; viene el maligno#13.19 El maligno: esto es, el diablo. y les quita el mensaje sembrado en su corazón. 20La semilla que cayó entre las piedras representa a los que oyen el mensaje y lo reciben con gusto, 21pero como no tienen suficiente raíz, no se mantienen firmes; cuando por causa del mensaje sufren pruebas o persecución, fallan. 22La semilla sembrada entre espinos representa a los que oyen el mensaje, pero los negocios de esta vida les preocupan demasiado y el amor por las riquezas los engaña. Todo esto ahoga el mensaje y no lo deja dar fruto en ellos. 23Pero la semilla sembrada en buena tierra representa a los que oyen el mensaje y lo entienden y dan una buena cosecha, como las espigas que dieron cien, sesenta o treinta granos por semilla.»
La parábola de la mala hierba entre el trigo
24Jesús les contó esta otra parábola: «Sucede con el reino de los cielos como con un hombre que sembró buena semilla en su campo; 25pero cuando todos estaban durmiendo, llegó un enemigo, sembró mala hierba#13.25 Mala hierba: Lit. cizaña, planta silvestre que se parece mucho al trigo, pero que puede distinguirse de éste una vez que ambos han dado su fruto. Su semilla es venenosa. Véase la explicación de la parábola en 13.36-43. entre el trigo y se fue. 26Cuando el trigo creció y se formó la espiga, apareció también la mala hierba. 27Entonces los trabajadores fueron a decirle al dueño: “Señor, si la semilla que sembró usted en el campo era buena, ¿de dónde ha salido la mala hierba?” 28El dueño les dijo: “Algún enemigo ha hecho esto.” Los trabajadores le preguntaron: “¿Quiere usted que vayamos a arrancar la mala hierba?” 29Pero él les dijo: “No, porque al arrancar la mala hierba pueden arrancar también el trigo. 30Lo mejor es dejarlos crecer juntos hasta la cosecha; entonces mandaré a los que han de recogerla que recojan primero la mala hierba y la aten en manojos, para quemarla, y que después guarden el trigo en mi granero.”»
La parábola de la semilla de mostaza
(Mc 4.30-32; Lc 13.18-19)
31Jesús también les contó esta parábola: «El reino de los cielos es como una semilla de mostaza#13.31 Mostaza: planta de la que se obtiene la especia del mismo nombre. Lo pequeño de su semilla era proverbial, especialmente en contraste con el tamaño de la planta, que en Galilea puede alcanzar hasta 2 m. de altura. que un hombre siembra en su campo. 32Es, por cierto, la más pequeña de todas las semillas; pero cuando crece, se hace más grande que las otras plantas del huerto, y llega a ser como un árbol, tan grande que las aves van y se posan en sus ramas.»#13.32 Ez 17.23; 31.6; Dn 4.12 (9), 20-21 (17-18).
La parábola de la levadura
(Lc 13.20-21)
33También les contó esta parábola: «El reino de los cielos es como la levadura que una mujer mezcla con tres medidas de harina para hacer fermentar toda la masa.»#13.33 Levadura: sustancia que se mezcla con la masa del pan y la hace fermentar. Tres medidas equivalen aprox. a 22 l. (o decímetros cúbicos).
Cumplimiento de la Escritura
(Mc 4.33-34)
34Jesús habló de todo esto a la gente por medio de parábolas, y sin parábolas no les hablaba. 35Esto fue para que se cumpliera lo que había dicho el profeta:
«Hablaré por medio de parábolas;
diré cosas que han estado en secreto
desde que Dios hizo el mundo.»#13.35 Sal 78.2; según el título hebreo de dicho salmo, su autor fue Asaf, considerado vidente o profeta (2 Cr 29.30). Véase Mt 1.22 n.
Jesús explica la parábola de la mala hierba
36Jesús despidió entonces a la gente y entró en la casa, donde sus discípulos se le acercaron y le pidieron que les explicara la parábola de la mala hierba en el campo. 37Jesús les respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre, 38y el campo es el mundo. La buena semilla representa a los que son del reino, y la mala hierba representa a los que son del maligno,#13.38 Del maligno: esto es, del diablo (v. 39). 39y el enemigo que sembró la mala hierba es el diablo. La cosecha representa el fin del mundo,#13.39 La cosecha: imagen que frecuentemente simboliza el juicio final (Is 17.5; Jl 3.12-13 [4.12-13]; Mt 3.12; Ap 14.14-20). y los que recogen la cosecha son los ángeles. 40Así como la mala hierba se recoge y se echa al fuego para quemarla, así sucederá también al fin del mundo. 41El Hijo del hombre mandará a sus ángeles a recoger de su reino a todos los que hacen pecar a otros, y a los que practican el mal. 42Los echarán en el horno encendido,#13.42 Horno encendido: imagen que simboliza el infierno; cf. Ap 21.8. y vendrán el llanto y la desesperación.#13.42 Vendrán el llanto y la desesperación: Lit. llorarán y les rechinarán los dientes. Véase Mt 8.12 n. 43Entonces los justos brillarán como el sol#13.43 Dn 12.3; cf. Sab 3.7. en el reino de su Padre. Los que tienen oídos, oigan.
La parábola del tesoro escondido#13.44 Esta parábola y la de 13.45-46 sugieren el alto costo y el valor del reino de Dios para los que quieran entrar en él.
44»El reino de los cielos es como un tesoro escondido en un terreno. Un hombre encuentra el tesoro, y lo vuelve a esconder allí mismo; lleno de alegría, va y vende todo lo que tiene, y compra ese terreno.
La parábola de la perla de mucho valor
45»Sucede también con el reino de los cielos como con un comerciante que andaba buscando perlas finas; 46cuando encontró una de mucho valor, fue y vendió todo lo que tenía, y compró esa perla.
La parábola de la red
47»Sucede también con el reino de los cielos como con la red#13.47 Red: Véase Mt 4.18 nota; aquí se trata de la red barredera. que se echa al mar y recoge toda clase de pescado. 48Cuando la red se llena, los pescadores la sacan a la playa, donde se sientan a escoger el pescado; guardan el bueno en canastas y tiran el malo. 49Así también sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles para separar a los malos de los buenos, 50y echarán a los malos en el horno de fuego. Entonces vendrán el llanto y la desesperación.»#13.49-50 Cf. 13.40-43. Vendrán el llanto y la desesperación: Véase Mt 8.12 n.
Lo nuevo y lo viejo
51Jesús preguntó:
—¿Entienden ustedes todo esto?
—Sí —contestaron ellos.
52Entonces Jesús les dijo:
—Cuando un maestro de la ley se instruye acerca del reino de los cielos, se parece al dueño de una casa, que de lo que tiene guardado sabe sacar cosas nuevas y cosas viejas.#13.52 Se trata de un maestro de la ley (véase Introducción al NT [30]) que, ya instruido en la ley de Moisés, se instruye también acerca del reino de Dios y así sabe enseñar lo nuevo sin dejar de conservar el valor de lo antiguo.
VIII. DIVERSOS HECHOS DE JESÚS
(13.53—17.27)
Jesús en Nazaret
(Mc 6.1-6; Lc 4.16-30)
53Cuando Jesús terminó de contar estas parábolas,#13.53 Cuando Jesús terminó... parábolas: Véase Mt 7.28 n. se fue de allí 54y llegó a su propia tierra,#13.54 Su propia tierra: Nazaret (Lc 4.16,23). donde comenzó a enseñar en la sinagoga del lugar. La gente, admirada, decía:
—¿Dónde aprendió este todo lo que sabe? ¿Cómo puede hacer esos milagros? 55¿No es este el hijo del carpintero,#13.55 Carpintero: o albañil; véase Mc 6.3 nota; Jn 6.42. y no es María su madre? ¿No es el hermano#13.55-56 Hermano: Véase Mt 12.46 n. de Santiago, José, Simón y Judas, 56y no viven sus hermanas también aquí entre nosotros? ¿De dónde le viene todo esto?
57Y se resistían a creer en él. Pero Jesús les dijo:
—En todas partes se honra a un profeta, menos en su propia tierra y en su propia casa.#13.57 Expresión proverbial (Mc 6.4; Lc 4.24; Jn 4.44).
58Y no hizo allí muchos milagros porque aquella gente no tenía fe en él.
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.
Mateo 13
13
Historia del sembrador
(Mr 4:1-9; Lc 8:4-8)
1Ese mismo día Jesús salió de la casa y se sentó junto al lago. 2Había tanta gente a su alrededor que tuvo que subir a una barca y se sentó para enseñarles, mientras la gente se quedaba en la orilla. 3Les dio muchas enseñanzas por medio de historias. Les dijo:
«¡Escuchen! El sembrador salió a sembrar. 4Al esparcir las semillas, algunas cayeron en el camino; vinieron las aves y se las comieron. 5Otras semillas cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra. Esas semillas brotaron rápido porque la tierra no era profunda. 6Pero cuando salió el sol, las plantas se quemaron y como no tenían raíces, se secaron. 7Otras cayeron entre espinos, crecieron con las plantas y las ahogaron. 8Otras semillas cayeron en tierra buena y empezaron a dar fruto. Algunas plantas produjeron 100 granos más por semilla, otras 60 y otras 30. 9¡Oigan bien lo que les digo!»
El porqué de las historias
(Mr 4:10-12; Lc 8:9-10)
10Sus seguidores se acercaron y le preguntaron a Jesús:
—¿Por qué enseñas a la gente por medio de historias?
11Él les respondió:
—Ustedes tienen el privilegio de entender la verdad que no se ha dado a conocer sobre el reino de Dios, pero ellos no. 12Porque al que entienda algo, se le dará más a entender y tendrá más que suficiente. Pero al que no entienda, hasta lo que entienda se le quitará. 13Por eso yo les hablo por medio de historias, porque aunque ellos miran, no ven nada. Oyen, pero no escuchan ni entienden nada. 14De esta manera ellos muestran que era cierto lo que dijo Isaías sobre ellos:
“Por más que oigan, no entenderán.
Por más que miren, no captarán.
15Han cerrado su mente,
se taparon los oídos
y cerraron los ojos.
Si no fuera así, entenderían lo que ven
y lo que oyen.
Se volverían a mí
y yo los sanaría”.#Is 6:9-10
16»Pero ustedes son afortunados porque pueden ver lo que hago y oír lo que enseño. 17Les digo la verdad: muchos profetas y otros justos quisieron ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron; también quisieron oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron.
Jesús explica la historia del sembrador
(Mr 4:13-20; Lc 8:11-15)
18»Ahora escuchen lo que significa la historia del sembrador: 19¿Qué significa la semilla que cae en el camino? Esa semilla es como algunos que oyen el mensaje del reino y no lo entienden. Viene el maligno y quita lo sembrado en ellos. 20¿Qué significa la semilla que cae en el terreno pedregoso? Esa semilla es como aquellos que oyen el mensaje y lo aceptan rápidamente con alegría, 21pero no tienen raíz en sí y duran poco tiempo. Cuando surgen los problemas o la persecución por causa del mensaje, inmediatamente se dan por vencidos. 22¿Qué significa la semilla que cae entre los espinos? Es como aquellos que oyen el mensaje, pero dejan que las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas ahoguen el mensaje y se vuelven estériles. 23¿Y qué significa la semilla que cae en tierra buena? Esa semilla son los que aceptan el mensaje, lo entienden y producen una buena cosecha. Darán mucho más de lo sembrado, hasta 100, 60 y 30 veces más».
Historia del trigo y la mala hierba
24Entonces Jesús les contó otra historia: «El reino de Dios se puede comparar con un hombre que un día sembró buena semilla en su campo. 25Pero por la noche, cuando todos estaban durmiendo, vino su enemigo y sembró mala hierba entre el trigo, y luego se fue. 26Cuando el trigo creció y dio sus granos, también creció la mala hierba. 27Entonces los siervos del dueño de la cosecha se acercaron a él y le dijeron: “Señor, usted plantó semillas buenas, ¿no es cierto? Entonces, ¿por qué hay hierbas malas?” 28Él les dijo: “Eso lo hizo un enemigo mío”. Los siervos preguntaron: “¿Quiere que salgamos y quitemos la mala hierba?” 29El dueño dijo: “No, porque cuando estén arrancando la mala hierba también pueden arrancar el trigo. 30Dejen que ambos crezcan juntos hasta el día de la cosecha. Cuando llegue ese día, les ordenaré a los que recogen la cosecha que primero recojan la mala hierba y hagan un bulto para quemarlo y que después pongan el trigo en mi granero”».
Historia de la semilla de mostaza
(Mr 4:30-34; Lc 13:18-21)
31Después, Jesús les contó otra historia: «El reino de Dios se puede comparar con una semilla de mostaza que un hombre sembró en su campo. 32Esta semilla es la más pequeña de todas, pero cuando crece, se vuelve la planta más grande del campo. Se hace árbol a tal punto que vienen las aves y hacen nidos en sus ramas».
33Les dijo otra historia: «El reino de Dios se puede comparar con la levadura que una mujer mezcla#13:33 mezcla Textualmente: esconderse, lo que puede significar que la obra del reino es secreta o no es fácil de ver. con mucha harina. Al final toda la masa queda fermentada».
34Jesús le dijo todo esto a la gente por medio de historias, y si no era por medio de historias no les hablaba. 35Esto es lo mismo que dijo el profeta:
«Yo hablaré por medio de historias;
contaré cosas que han estado en secreto desde la creación del mundo».#Sal 78:2
Jesús explica una historia difícil
36Luego, Jesús despidió a la gente y entró a la casa. Sus seguidores se acercaron y le pidieron:
—Explícanos la historia de la mala hierba del campo.
37Jesús les respondió:
—El que planta la semilla buena en el campo es el Hijo del hombre. 38El campo es el mundo y la semilla buena son todos los hijos del reino de Dios. La mala hierba es la gente que está con el maligno. 39El enemigo que puso la mala hierba entre el trigo es el diablo. La cosecha es el fin del mundo y los que recogen la cosecha son los ángeles. 40Lo mismo que le pasa a la mala hierba que se saca y se quema en el fuego, va a suceder al fin del mundo. 41El Hijo del hombre enviará a sus ángeles y ellos van a juntar a todos los perversos y a los que hacían pecar a los demás y los expulsará de su reino. 42Los echarán al horno encendido donde gritarán y crujirán los dientes de dolor. 43Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. ¡Oigan bien lo que les digo!
Historias del tesoro y la perla
44»El reino de Dios se puede comparar con un tesoro escondido en un campo. Un día, un hombre encontró el tesoro y lo escondió allí otra vez. Estaba tan feliz que fue y vendió todo lo que tenía y compró ese terreno.
45»El reino de Dios también se puede comparar con un vendedor que buscaba perlas finas. 46Cuando el vendedor encontró una perla muy costosa, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.
Historia de la red
47»También, el reino de Dios se puede comparar con una red para pescar que se lanza al mar y en la que caen muchos peces de diferentes clases. 48Cuando la red está llena, los pescadores la llevan a la orilla. Se sientan allí y eligen los peces buenos y los meten en canastas pero tiran a los peces malos. 49Lo mismo va a pasar cuando llegue el fin del mundo. Los ángeles van a venir y van a separar a los malos de los justos. 50A los malos los van a lanzar a las llamas del fuego y llorarán y crujirán los dientes.
51Jesús les preguntó:
—¿Entienden todo esto?
Ellos contestaron.
—Sí entendemos.
52Él les dijo:
—Bueno, todo maestro de la ley que ha aprendido sobre el reino de Dios es como el dueño de una casa. De lo que tiene guardado saca cosas nuevas y cosas antiguas.
Jesús visita su pueblo
(Mr 6:1-6; Lc 4:16-30)
53Cuando Jesús terminó de enseñar por medio de esas historias, se fue de ahí 54para su pueblo. Allí comenzó a enseñarles en la sinagoga. La gente estaba sorprendida y decía:
—¿De dónde sacó este hombre la sabiduría y el poder para hacer estos milagros? 55¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su mamá María y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? 56¿Acaso no están todas sus hermanas aquí con nosotros? Entonces, ¿de dónde sacó este toda esta sabiduría y poder?
57Y ellos no podían aceptarlo, pero Jesús les dijo:
—Se honra a un profeta en todas partes, pero nadie es profeta en su propio pueblo y en su propia casa.
58Debido a la falta de fe de ellos, no hizo muchos milagros allí.
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