San Mateo 11
11
1Cuando Jesús terminó de dar instrucciones#11.1 Cuando Jesús terminó de dar instrucciones: Véase Mt 7.28 n. a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y anunciar el mensaje en los pueblos de aquella región.
VI. DIVERSOS HECHOS DE JESÚS
(11.2—12.50)
Los enviados de Juan el Bautista
(Lc 7.18-35)
2Juan, que estaba en la cárcel,#11.2 Juan... la cárcel: Mt 4.12 n. tuvo noticias de lo que Cristo estaba haciendo. Entonces envió algunos de sus seguidores#11.2 Los seguidores de Juan el Bautista se mencionan varias veces en el NT; véase Mt 9.14 nota, y cf. Lc 11.1; Jn 1.35; 3.25. 3a que le preguntaran si él era de veras el que había de venir,#11.3 El que había de venir: el Mesías (el Cristo, v. 2). o si debían esperar a otro.
4Jesús les contestó: «Vayan y díganle a Juan lo que están viendo y oyendo. 5Cuéntenle que los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de su enfermedad, los sordos oyen,#11.5 Cf. Is 29.18-19; 35.5-6. los muertos vuelven a la vida y a los pobres se les anuncia la buena noticia.#11.5 Cf. Is 26.19; 61.1; cf. también Lc 4.18-21. 6¡Y dichoso aquel que no encuentre en mí motivo de tropiezo!»
7Cuando ellos se fueron, Jesús comenzó a hablar a la gente acerca de Juan, diciendo: «¿Qué salieron ustedes a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? 8Y si no, ¿qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido lujosamente? Ustedes saben que los que se visten lujosamente están en las casas de los reyes. 9En fin, ¿a qué salieron? ¿A ver a un profeta? Sí, de veras, y a uno que es mucho más que profeta. 10Juan es aquel de quien dice la Escritura:
»“Yo envío mi mensajero delante de ti,
para que te prepare el camino.”#11.10 Mal 3.1; cf. Ex 23.20. (Citado también en Mc 1.2; Lc 1.76; 7.27.)
11Les aseguro que, entre todos los hombres, ninguno ha sido más grande que Juan el Bautista; y, sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.
12»Desde que vino Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los que usan la fuerza pretenden acabar con él. 13Todos los profetas y la ley fueron solo un anuncio del reino, hasta que vino Juan;#11.12-13 Sufre violencia: otra posible traducción: se abre paso con fuerza. Esta frase parece hacer alusión a los que se oponen al reino de Dios, como Herodes. Pero también es posible que indique que el reino de Dios se extiende con fuerza irresistible. Cf. Lc 16.16. 14y, si ustedes quieren aceptar esto, Juan es el profeta Elías que había de venir.#11.14 Mal 4.5 (3.23); Mt 17.10-13; Mc 9.11-13; véase Mt 16.14 nota. Jesús no identifica literalmente a Juan con Elías, sino que destaca el hecho de que Juan ejerce las funciones de Elías y cumple así las profecías respecto de éste. Juan el Bautista dice claramente que él no es Elías: Jn 1.21. 15Los que tienen oídos, oigan.
16»¿A qué compararé la gente de este tiempo? Se parece a los niños que se sientan a jugar en las plazas y gritan a sus compañeros: 17“Tocamos la flauta, pero ustedes no bailaron; cantamos canciones tristes, pero ustedes no lloraron.”#11.16-17 Es decir, que no hacen a su tiempo lo que deberían hacer. La imagen es de unos niños que juegan a las bodas y a los funerales, pero que no logran ponerse de acuerdo entre sí. 18Porque vino Juan, que ni come ni bebe,#11.18 Juan llevaba una vida austera (Lc 1.15 nota). y dicen que tiene un demonio. 19Luego ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen que es glotón y bebedor, amigo de gente de mala fama y de los que cobran impuestos para Roma. Pero la sabiduría de Dios se demuestra por sus resultados.»#11.19 Sus resultados: Lit. sus obras. Algunos mss. dicen Lit. sus hijos (cf. Lc 7.35 n.).
Reproches contra las ciudades incrédulas
(Lc 10.13-15)
20Entonces Jesús comenzó a reprender a los pueblos donde había hecho la mayor parte de sus milagros, porque no se habían vuelto a Dios. Decía Jesús: 21«¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho entre ustedes, ya hace tiempo que se habrían vuelto a Dios, cubiertos de ropas ásperas y ceniza.#11.21 Corazín y Betsaida, así como Cafarnaúm (v. 23), eran poblaciones de Galilea en las que Jesús había predicado. Tiro y Sidón eran ciudades no judías, que sufrieron por sus grandes maldades (Is 23.1-18; Ez 26—28; Jl 3.4-8 [4.4-8]; Am 1.9-10; Zac 9.2-4). Ropas ásperas y ceniza: señales de arrepentimiento. 22Pero les digo que en el día del juicio el castigo para ustedes será peor que para la gente de Tiro y Sidón. 23Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás levantado hasta el cielo? ¡Bajarás hasta lo más hondo del abismo!#11.23 Is 14.13-15. Lo más hondo del abismo: Lit. Hades, nombre griego que se refiere al lugar de los muertos; véase Reino de la muerte en el Índice temático. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, esa ciudad habría permanecido hasta el día de hoy. 24Pero les digo que en el día del juicio el castigo para ti será peor que para la región de Sodoma.»#11.23-24 Sodoma: Mt 10.15 n.; Lc 10.12.
Solo el Hijo sabe quién es el Padre
(Lc 10.21-22)
25En aquel tiempo, Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que escondiste de los sabios y entendidos.#11.25 Is 29.14; 1 Co 1.19-21. 26Sí, Padre, porque así lo has querido.
27»Mi Padre me ha entregado todas las cosas.#11.27 Mt 28.18; Jn 3.35; 17.2. Nadie conoce realmente al Hijo, sino el Padre; y nadie conoce realmente al Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera darlo a conocer.#11.27 Jn 1.18; 6.65; 10.14-15; cf. Sab 9.17. 28Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar.#Jn 6.37. 29Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso. 30Porque el yugo que les pongo y la carga que les doy a llevar son ligeros.»#11.28-30 Cf. Is 30.15; Jer 6.16; Eclo 6.24-30; 1 Jn 5.3. Yugo: en sentido figurado, imagen de sujeción y carga pesada. Jesús ofrece descanso de los trabajos y cargas y usa esta imagen para referirse al compromiso y lealtad que él exige de quienes lo siguen. Cf. Mt 23.2-4; Lc 11.46.
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.
Mateo 11
11
Jesús y Juan el Bautista
(Lc 7:18-35)
1Cuando Jesús terminó de darles instrucciones a sus doce seguidores, se fue de ahí a otros pueblos de Galilea a enseñar y a anunciar el mensaje.
2Cuando Juan el Bautista estaba en la cárcel y escuchó lo que hacía el Mesías, le envió un mensaje con sus seguidores. 3Ellos le preguntaron a Jesús:
—¿Eres el que iba a venir o debemos esperar a alguien más?
4Jesús les contestó:
—Vayan y cuéntenle a Juan lo que están viendo y oyendo. 5Los ciegos ven, los cojos caminan, los que tienen enfermedades de la piel han sido limpiados de su impureza, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la buena noticia. 6Afortunado el que no dude de mí.#11:6 no dude de mí Textualmente: no halle tropiezo en mí.
7Mientras se iban los seguidores de Juan, Jesús comenzó a hablar acerca de Juan a la multitud: «¿Qué salieron a ver al desierto? ¿Hierba azotada por el viento?#11:7 Hierba […] viento Esta puede ser una descripción de Herodes Antipas, gobernante de la época, que puso la imagen de una caña («hierba») en sus monedas en lugar de su rostro. 8Si no, ¿qué salieron a ver? ¿A un hombre vestido con ropa fina? ¡Escuchen! Los que se visten con ropa fina viven en palacios. 9¿Entonces qué es lo que salieron a ver? ¿A un profeta? Sí, les digo que Juan es más que un profeta. 10Las Escrituras dicen de él:
»“Oye, te envío mi mensajero delante de ti,
quien preparará el camino para tu venida”.#Mal 3:1
11»Les digo la verdad: de todos los hombres que han vivido, ninguno ha sido más importante que Juan el Bautista. Sin embargo, el menos importante en el reino de Dios es más importante que Juan. 12Desde el tiempo de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de Dios enfrenta ataques.#11:12 enfrenta ataques o avanza con poder. Los violentos intentan capturarlo a la fuerza.#11:12 Herodes Antipas mató a Juan Bautista y trató de intimidar a Jesús y a sus seguidores a la fuerza. Ver Herodes en el vocabulario. 13Antes de que viniera Juan, todos los profetas y la ley hablaron de lo que iba a suceder. 14Y si tú crees en lo que dicen la ley y los profetas, entonces creerás que Juan el Bautista es Elías, el profeta que iba a venir. 15¡Oigan bien lo que les digo!
16»¿Con quién puedo comparar a la gente de esta generación? Son como los muchachos que se sientan en las plazas y un grupo le grita al otro:
17»“¡Nosotros tocamos la flauta,
pero ustedes no bailaron.
Cantamos una canción triste,
pero ustedes no lloraron!”
18»Porque vino Juan, sin comer ni beber vino como los demás, y la gente dice que tiene un demonio. 19Vino el Hijo del hombre que come y bebe, y dicen: “Miren, es comilón, borracho y amigo de los cobradores de impuestos y de los pecadores”. Pero la sabiduría divina se comprueba por la vida de los que la siguen».
Jesús advierte a los que no creen
(Lc 10:13-15)
20Luego, Jesús comenzó a reprender a los pueblos donde había hecho la mayoría de sus milagros, porque no cambiaban su vida ni se apartaban del pecado. 21Decía: «¡Pobre de ti, Corazín! ¡Pobre de ti, Betsaida! Porque si los milagros que se hicieron en ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, ellos habrían cambiado su vida hace mucho tiempo. Se habrían puesto ropa áspera y echado ceniza en la cabeza para mostrar dolor por sus pecados. 22Pero les digo que en el día del juicio les irá mejor a Tiro y a Sidón que a ustedes. 23Y tú Capernaúm, ¿de verdad piensas que subirás al cielo? ¡Pues no! ¡Bajarás hasta el infierno! Si los milagros que hice en ti se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad todavía existiría. 24Pero les digo que el día del juicio, Dios mostrará más paciencia con Sodoma que con ustedes».
Jesús le ofrece descanso a su pueblo
(Lc 10:21-22)
25En esa ocasión Jesús dijo: «Te alabo Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de los sabios y entendidos, y se las has revelado a estos que son como niños. 26Sí Padre, porque así te agradó.
27»Mi Padre me ha dado todo. Nadie conoce al Hijo, sino el Padre; y nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera mostrárselo.
28»Vengan a mí los que estén cansados y agobiados, que yo los haré descansar. 29Acepten mi enseñanza#11:29 enseñanza Textualmente: yugo. Era un símbolo que tenían los judíos para referirse a la ley. Ver Hch 15:10 y Gá 5:1. y aprendan de mí que soy paciente y humilde. Conmigo encontrarán descanso. 30Mi enseñanza es agradable y mi carga es fácil de llevar».
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