1 Juan 2
2
1Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no cometan pecado.#2.1 Cf. Ro 6.11-14. Aunque si alguno comete pecado, tenemos ante el Padre un defensor,#2.1 Cf. Ro 8.34; Heb 7.25. Defensor: gr. parakletos. Véase Jn 14.16-17 nota; cf. también Jn 14.26; 15.26; 16.7, donde Defensor se refiere también al Espíritu Santo. Aquí, el Cristo glorificado es el defensor o abogado ante el Padre. que es Jesucristo, y él es justo. 2Jesucristo se ofreció en sacrificio para que nuestros pecados sean perdonados;#2.2 Sean perdonados: 1 Jn 4.10 (véase Ro 3.25 nota, y cf. Heb 9.11-14). y no solo los nuestros, sino los de todo el mundo.
2. El mandamiento del amor
3Si obedecemos los mandamientos de Dios, podemos estar seguros de que hemos llegado a conocerlo.#2.3 Jn 14.15,21,23. Conocerlo: Véase Jn 17.3 n.; se trata de una relación personal con Dios, que lleva a obedecer sus mandamientos. 4Pero si alguno dice: «Yo lo conozco», y no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y no hay verdad en él. 5En cambio, si uno obedece su palabra, en él se ha perfeccionado verdaderamente el amor de Dios,#2.5 El amor de Dios: Puede entenderse como el amor de Dios por nosotros, o como nuestro amor por él, o bien, como el amor fraterno, inspirado por Dios. y de ese modo sabemos que estamos unidos a él. 6El que dice que está unido a Dios, debe vivir como vivió Jesucristo.#2.6 Jn 13.15; cf. 1 P 2.21.
7Queridos hermanos, este mandamiento que les escribo no es nuevo: es el mismo que ustedes recibieron desde el principio. Este mandamiento antiguo es el mensaje que ya oyeron.#2.7 2 Jn 5-6. 8Y, sin embargo, esto que les escribo es un mandamiento nuevo,#2.8 Cf. vv. 9-11; 1 Jn 3.11. Mandamiento nuevo: Véase Jn 13.34 n. que es verdad tanto en Cristo como en ustedes, porque la oscuridad va pasando y ya brilla la luz verdadera.#Jn 1.4-5.
9Si alguno dice que está en la luz, pero odia a su hermano, todavía está en la oscuridad. 10El que ama a su hermano vive en la luz, y no hay nada que lo haga caer.#2.10 Cf. Sal 119.105,165. 11Pero el que odia a su hermano vive y anda en la oscuridad, y no sabe a dónde va, porque la oscuridad lo ha dejado ciego.#2.10-11 Cf. Jn 11.9-10; 12.35-36.
3. La verdadera fe
12Hijitos, les escribo a ustedes porque Dios, gracias a Jesucristo,#2.12 Gracias a Jesucristo: Lit. gracias a su nombre. Otra posible traducción: haciendo honor a su nombre, referido a Dios mismo (cf. Sal 23.3; 106.8, y véase Nombre en el Índice temático). les ha perdonado sus pecados. 13Padres, les escribo a ustedes porque han conocido al que ya existía desde el principio.#2.13 Al que ya existía desde el principio (aquí y en el v. 14): referencia a Jesucristo (cf. Jn 1.1, y véase 1 Jn 1.1 nota). Jóvenes, les escribo a ustedes porque han vencido al maligno.#2.13 Al maligno (aquí y en el v. 14): es decir, al diablo (1 Jn 3.8).
14Les he escrito a ustedes, hijitos, porque han conocido al Padre. Les he escrito a ustedes, padres, porque han conocido al que ya existía desde el principio. Les he escrito también a ustedes, jóvenes, porque son fuertes y han aceptado la palabra de Dios en su corazón, y porque han vencido al maligno.
15No amen al mundo, ni lo que hay en el mundo.#2.15 En Jn y en las cartas de Juan, el término mundo puede designar a los hombres en general (cf. Jn 3.16; 1 Jn 2.2); pero también designa con frecuencia especialmente a los que no aceptan a Jesucristo y se oponen a la voluntad de Dios; incluye todas las realidades que pueden hacer que el hombre se aleje de Dios (véase Jn 1.10 n.; cf. Jn 17.14-16; Stg 1.27; 1 Jn 5.19). Si alguno ama al mundo, no ama al Padre;#2.15 Cf. Ro 8.7; Stg 4.4. 16porque nada de lo que el mundo ofrece viene del Padre, sino del mundo mismo. Y esto es lo que el mundo ofrece: los malos deseos de la naturaleza humana, el deseo de poseer lo que agrada a los ojos y el orgullo de las riquezas.#2.16 El término griego traducido aquí por riquezas significa vida y también, como en este caso, los bienes materiales y todo aquello que puede dar lugar a la ostentación y el orgullo. 17Pero el mundo se va acabando, con todos sus malos deseos; en cambio, el que hace la voluntad de Dios vive para siempre.
18Hijitos, esta es la hora última.#2.18 Esta es la hora última: es decir, el momento de la segunda venida de Cristo. Ustedes han oído que viene el Anticristo;#2.18 El Anticristo: palabra derivada del griego que significa alguien que se opone a Cristo o que usurpa su lugar. Se refiere especialmente a un personaje que ha de venir antes de la hora final. El autor, sin embargo, dice que habrá muchos que se opongan a Cristo, y los identifica con los que, por sus doctrinas y prácticas, se han separado de la comunidad (véase 2.22 n.). Otros conceptos relacionados con el Anticristo se encuentran en Mt 24.23-25 y Mc 13.21-23, así como en 2 Ts 2.3-12 y en Ap 13; 16.12-16; 17; 19.19-21, aunque el término mismo sólo aparece en 1 y 2 Jn. pues bien, ahora han aparecido muchos anticristos. Por eso sabemos que es la hora última. 19Ellos salieron de entre nosotros; pero en realidad no eran de los nuestros, porque si lo hubieran sido se habrían quedado con nosotros. Pero sucedió así para que se viera claramente que no todos son de los nuestros.
20Cristo, el Santo, los ha consagrado a ustedes con el Espíritu,#2.20 Cristo, el Santo, los ha consagrado a ustedes con el Espíritu: Lit. Ustedes tienen una unción recibida del Santo. Se alude a la consagración de los sacerdotes y de los reyes del AT mediante la unción con aceite, que aquí se toma como símbolo y se aplica al Espíritu Santo derramado sobre los creyentes (cf. Jl 2.28 [3.1], citado también en Hch 2.17). Cf. 1 Jn 2.27. y todos ustedes tienen conocimiento.#2.20 1 Co 2.10-16. Conocimiento: Véase 2.3 n. Y todos ustedes tienen conocimiento: Algunos mss. dicen y ustedes conocen todo. 21Les escribo, pues, no porque no conozcan la verdad, sino porque la conocen; y ustedes saben que ninguna mentira puede venir de la verdad. 22¿Quién es el mentiroso? Precisamente el que dice que Jesús no es el Mesías. Ese es el Anticristo, pues niega tanto al Padre como al Hijo.#2.22 1 Jn 4.3; 2 Jn 7. El Anticristo es aquí cualquiera que no reconoce a Jesús como el Cristo o Mesías (véanse 2.18 nota y Mesías y Cristo en el Índice temático). Cf. 1 Jn 4.2; también Jn 1.18. 23Cualquiera que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre; pero el que se declara a favor del Hijo, tiene también al Padre.#Jn 5.23.
24Por eso, guarden ustedes en su corazón el mensaje que oyeron desde el principio; y si lo que oyeron desde el principio queda en su corazón, también ustedes permanecerán unidos con el Hijo y con el Padre. 25Esto es precisamente lo que nos ha prometido Jesucristo: la vida eterna.#2.25 Vida eterna: Véase Jn 3.15 n.
26Les estoy escribiendo acerca de quienes tratan de engañarlos. 27Pero ustedes tienen el Espíritu Santo#2.27 El Espíritu Santo: Lit. la unción. Véase 2.20 nota. con el que Jesucristo los ha consagrado, y no necesitan que nadie les enseñe,#2.27 No necesitan... enseñe: advertencia respecto a los falsos maestros que trataban de engañar con enseñanzas falsas a aquellos que ya conocían el mensaje oído desde el principio (v. 24). porque el Espíritu que él les ha dado los instruye acerca de todas las cosas,#2.27 El Espíritu... cosas: Jn 14.26; 16.13. y sus enseñanzas son verdad y no mentira. Permanezcan unidos a Cristo, conforme a lo que el Espíritu les ha enseñado.
28Ahora, hijitos, permanezcan unidos a Cristo, para que tengamos confianza cuando él aparezca y no sintamos vergüenza delante de él cuando venga.
Segundo desarrollo
(2.29—4.6)
1. Liberación del pecado
29Ya que ustedes saben que Jesucristo es justo, deben saber también que todos los que hacen lo que es justo son hijos de Dios.#2.29 Cf. 1 Jn 3.6-10; 4.7.
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.
1 Juan 2
2
1Hijitos míos, les digo esto para que no pequen; pero si alguno peca, tenemos un abogado ante el Padre: a Jesucristo el justo. 2Él es el sacrificio que fue ofrecido por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
3¿Cómo podemos saber que conocemos a Dios? Si obedecemos sus mandamientos. 4Si alguno dice: «Yo conozco a Dios», pero no obedece sus mandamientos, miente y no dice la verdad. 5En cambio, el amor a Dios se demuestra cuando obedecemos lo que él manda. Así estamos seguros de que estamos unidos a Dios. 6El que afirma que está unido a Dios, debe vivir como Jesucristo vivió.
7Queridos hermanos, no me estoy refiriendo a ningún mandamiento nuevo, sino al mandamiento antiguo que desde un principio han tenido ustedes. 8Sin embargo, siempre es nuevo, porque es una realidad que se muestra en Cristo y en ustedes. Esto es así porque la luz verdadera brilla y hace que la oscuridad vaya disipándose.
9El que dice que anda en la luz pero aborrece a su hermano, todavía está en tinieblas. 10El que ama a su hermano anda en la luz y no tropieza. 11En cambio, el que odia a su hermano vaga en la oscuridad y en ella vive, y no sabe a dónde va, porque la oscuridad lo ha dejado ciego.
12Les escribo estas cosas, queridos hijos, porque sus pecados han sido perdonados en el nombre de Cristo.
13Les escribo estas cosas, padres, porque conocen al que existía desde el principio.
Les escribo, jóvenes, porque han triunfado sobre el maligno.
Les he escrito, queridos hijos, porque han conocido al Padre.
14Les he escrito, padres, porque han conocido al que existe desde el principio. Les he escrito, jóvenes, porque ustedes son fuertes, tienen la palabra de Dios arraigada en sus corazones y han vencido al maligno.
No amemos al mundo
15No amen al mundo ni lo que hay en él. El que ama al mundo no ama al Padre, 16porque nada de lo que hay en el mundo —las pasiones sexuales, el deseo de poseer todo lo que agrada y el orgullo de poseer riquezas— proviene del Padre sino del mundo. 17Y el mundo se está acabando y con él todos sus malos deseos. Pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Cuidémonos de los anticristos
18Hijitos, ha llegado la hora final. Ustedes han oído hablar del anticristo que ha de llegar; pues bien, ya han surgido muchos anticristos. Por esto sabemos que ya estamos en la última hora. 19Aunque salieron de entre nosotros, en realidad nunca fueron de los nuestros, porque si lo hubieran sido, se habrían quedado con nosotros. El hecho de que nos dejaran comprueba que no eran de los nuestros.
20Pero todos ustedes han recibido el Espíritu Santo y conocen la verdad. 21No les escribo porque necesiten conocer la verdad, sino precisamente porque pueden discernir entre la verdad y la mentira.
22¿Quién es el mentiroso? El que dice que Jesús no es el Cristo. Tal persona es un anticristo, porque niega al Padre y al Hijo. 23Todo el que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. Pero el que reconoce al Hijo tiene también al Padre. 24Así que conserven ustedes lo que les fue enseñado desde el principio, porque así estarán siempre en comunión con el Padre y con el Hijo. 25Y él mismo nos ha prometido la vida eterna.
26Les escribo esto por causa de los que quieren engañarlos; 27pero ustedes han recibido el Espíritu Santo y él vive en ustedes. Por lo tanto, no necesitan que nadie les señale lo que es correcto. El Espíritu Santo les enseña todas las cosas, y él, que es la Verdad, no miente. Así que, tal como él les ha enseñado, vivan en Cristo.
Permanezcamos en Dios
28Y ahora, queridos hijos, permanezcan en comunión con el Señor, para que, cuando vuelva, puedan presentarse delante de él seguros y sin tener de qué avergonzarse. 29Si saben que Jesús es justo, deben también saber que todo el que practica la justicia es hijo de Dios.
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