CANTARES 3
3
1En mi cama, por la noche,
busqué al amor de mi vida,
lo busqué y no lo encontré.#6,5-7; 7,2-10.
2Entonces me levanté
y recorrí la ciudad;
por las calles y las plazas
busqué al amor de mi vida,
lo busqué y no lo encontré.
3Me descubrieron los guardias
que hacían ronda en la ciudad:
«¿Han visto ustedes
al amor de mi vida?».
4Y a poco de pasarlos
hallé al amor de mi vida;
lo agarré y no lo solté
hasta meterlo en casa de mi madre,
en la alcoba de la que me engendró.
Amado
5Júrenme, muchachas de Jerusalén,
por las gacelas y ciervas del campo,
que no despertarán ni turbarán
al amor hasta que él quiera.#2,7; 8,2.4.
Tercer cantar
Coro
6¿Qué es eso que sube del desierto
como columna de humo
con olor a incienso y mirra
y a mil aromas exóticos?#8,5.
Amada
7Esa es la litera de Salomón,
escoltada por sesenta valientes,
de lo más escogido de Israel:
8todos van armados con espadas,
como expertos guerreros;
cada uno con su espada al flanco
ante amenazas nocturnas.
9El rey Salomón se hizo un palanquín
con maderas del Líbano:
10sus columnas son de plata,
su respaldo de oro,
sus asientos de púrpura
y su interior está decorado con amor
por las muchachas de Jerusalén.
11Salgan a admirar,
muchachas de Sion,
al rey Salomón
con la corona que le ciñó su madre
el día de su boda,
un día feliz para él.
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CANTARES 3: BLPH
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La Palabra (BLPH) versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2010 Utilizada con permiso
Cantares 3
3
1En la oscuridad de la noche
busco al amor de mi vida.
En la soledad de mi cuarto
lo busco y no lo encuentro.
2Me levanto,
recorro la ciudad,
voy por calles y mercados,
buscando al amor de mi vida.
Lo busco y no lo encuentro.
3Me topo con los guardias,
con los que vigilan la ciudad,
y les pregunto si han visto
al amor de mi vida.
4Apenas los dejo,
encuentro al amor de mi vida.
Lo abrazo,
no lo suelto,
lo llevo a mi casa,
¡lo hago entrar
en la habitación donde nací!
El novio
5Mujeres de Jerusalén,
quiero que me prometan,
por las gacelas y venaditas
que corren por el bosque,
que no molestarán a mi amada
ni la despertarán de su sueño de amor
hasta que ella sola se despierte.
Tercer canto
Los amigos
6¡Algo viene por el desierto!
¿Qué podrá ser?
Parece una columna de humo
que avanza entre aromas
de flores, incienso y perfumes.
7¡Pero si es Salomón,
y viene en su carruaje real!
Lo escoltan sesenta valientes,
¡los mejores soldados de Israel!
8Armados con espadas,
son maestros en el combate;
todos llevan la espada lista
por causa de los peligros
que presenta la noche.
9Este carruaje fue hecho
con finas maderas del Líbano.
Salomón mismo lo mandó hacer.
10Ordenó que le pusieran
columnas de plata,
soportes de oro,
y un asiento de tela púrpura.
Las mujeres de Jerusalén
decoraron su interior
con gran delicadeza.
11¡Salgan, mujeres de Jerusalén!
¡Vengan a ver al rey Salomón!
Lleva puesta la corona
que su propia madre le hizo
para el día de su boda,
¡para el día más feliz de su vida!
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Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.