2 CORINTIOS 5
5
1Sabemos, además, que aunque se desmorone esta tienda corporal que nos sirve de morada terrestre, Dios nos tiene preparada en el cielo una morada eterna, no construida por manos humanas.#Jb 4,19. 2Y suspiramos anhelando ser sobrevestidos de esa nuestra morada celestial,#Rm 8,23. 3dando por supuesto que seremos revestidos y no despojados de ella. 4En verdad, a los que vivimos en esta morada corporal nos abruma la aflicción, pues no queremos quedar desnudos, sino ser sobrevestidos de modo que lo mortal sea absorbido por la vida.#1 Co 15,53-54. 5A eso precisamente nos ha destinado Dios, y como garantía nos ha dado el Espíritu.
6Así que en todo momento estamos llenos de confianza sabiendo que, mientras el cuerpo sea nuestra morada, nos hallamos lejos del Señor 7y caminamos guiados por la fe y no por lo que vemos.#1 Co 13,12; Heb 11,13. 8Rebosamos confianza, a pesar de todo, y preferiríamos abandonar el cuerpo para ir a vivir junto al Señor.#Flp 1,21-23. 9Por eso, tanto si vivimos en este cuerpo como si lo abandonamos, lo que deseamos es agradar al Señor. 10Porque todos nosotros tenemos que presentarnos ante el tribunal de Cristo para que cada uno reciba el premio o el castigo que le corresponda por lo que hizo durante su vida mortal.#Rm 14,11; 1 Co 3,11-15.
Nuevas criaturas en Cristo Jesús
11Conscientes del respeto que merece el Señor, nos esforzamos en convencer a los demás, pues lo mismo que nuestra vida no tiene secretos para Dios, espero que tampoco los tenga para ustedes. 12Y no es que otra vez nos estemos haciendo la propaganda ante ustedes; tan solo queremos brindarles la ocasión de que estén orgullosos de nosotros y así puedan responder a quienes presumen de apariencias y no de realidades.#3,1. 13Porque si dimos la impresión de excedernos, por Dios lo hicimos; y si ahora parecemos más serenos, por ustedes lo hacemos. 14En todo caso, es el amor de Cristo el que nos apremia, al pensar que, si uno murió por todos, todos en cierto modo han muerto.#Jn 11,50; Rm 5,18. 15Cristo, en efecto, murió por todos, para que quienes viven, ya no vivan más para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.#Rm 14,7-8. 16Así que en adelante a nadie valoramos con criterios humanos. Y si en algún tiempo valoramos a Cristo con esos criterios, ahora ya no. 17Quien vive en Cristo es una nueva criatura; lo viejo ha pasado y una nueva realidad está presente.#Rm 6,4; Ga 6,15; Ef 2,10; 4,24; Ap 21,5.
Reconciliación con Dios
18Todo se lo debemos a Dios, que nos ha reconciliado con él por medio de Cristo y nos ha confiado la tarea de llevar esa reconciliación a los demás.#Rm 5,10; Ef 2,16; Col 1,20-22. 19Porque sin tomar en cuenta los pecados de la humanidad, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo por medio de Cristo y a nosotros nos ha confiado ese mensaje de reconciliación. 20Somos, pues, embajadores de Cristo y es como si Dios mismo los exhortara a ustedes sirviéndose de nosotros. En nombre de Cristo les pedimos que se reconcilien con Dios. 21Al que no tuvo experiencia de pecado, Dios lo trató por nosotros como al propio pecado, para que, por medio de él, experimentemos nosotros el poder salvador de Dios.#Jn 8,46; Rm 8,3; Heb 4,15; 1 Pe 2,22.
Currently Selected:
2 CORINTIOS 5: BLPH
Highlight
Share
Copy
Want to have your highlights saved across all your devices? Sign up or sign in
La Palabra (BLPH) versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2010 Utilizada con permiso
2 Corintios 5
5
1Sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha por manos, eterna, en los cielos. 2Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial, 3pues así seremos hallados vestidos y no desnudos. 4Asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia, pues no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. 5Pero el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado el Espíritu como garantía.
6Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor 7(porque por fe andamos, no por vista). 8Pero estamos confiados, y más aún queremos estar ausentes del cuerpo y presentes al Señor. 9Por tanto, procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables, 10porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
El ministerio de la reconciliación
11Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos, y espero que también lo sea a vuestras conciencias. 12No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que se glorían en las apariencias y no en el corazón. 13Si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es para vosotros. 14El amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 15y él por todos murió, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
16De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. 17De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas. 18Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación: 19Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 20Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. 21Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en él.
Currently Selected:
:
Highlight
Share
Copy
Want to have your highlights saved across all your devices? Sign up or sign in
Texto: Reina-Valera 95® © Sociedades Bíblica Unidas, 1995.
Notas: Notas de Estudio Reina-Valera 95 © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995.